Si te estás preguntando cuál puede ser el objeto más sucio de la casa, olvídate del retrete, los objetos que utilizamos a diario en la cocina, por su relación con los alimentos, acaban siendo unos de los que más bacterias acumulan a lo largo del día (o de los días…). Hablamos de trapos de cocina, estropajos, tablas de cortar, balletas, etc.
Teniendo en cuenta que uno de los propósitos de los estropajos es absorber cosas, quizás no debería sorprendernos tanto que un objeto que utilizamos para limpiar, pueda convertirse en una de las cosas más asquerosas de la casa. Investigadores de Alemania han llevado a cabo un estudio sobre la contaminación de estropajos de cocina usados y confirman que este ‘producto de limpieza’ está repletos de bacterias.
La buena noticia es que no todas las bacterias encontradas en los estropajos eran perjudiciales para la salud del ser humano, pero algunas había. Entre las bacterias potencialmente patógenas se encontraron: Acinetobacter johnsonii, Acinetobacter pittii, Acinetobacter ursingii, Moraxella osloensis y Chryseobacterium hominis. Las bacterias de la familia Moraxellaceae fueron las que más se encontraron en los estropajos, algo que ya se había descrito en estudios anteriores.
Los estropajos son un auténtico reservorio de bacterias
Debido a que las bacterias de la familia Moraxellaceae suelen encontrarse en la superficie de la piel de los humanos, lo más probable es que seamos nosotros mismos tocando los estropajos, los que introducimos este tipo de contaminación. Pero lo que convierte a los estropajos en un auténtico reservorio de bacterias es su estructura porosa, su constante humedad y el alto contenido en materia alimentaria que queda en suspensión en su interior.
Además, los estropajos de cocina se utilizan a menudo para limpiar electrodomésticos u otras superficies domésticas, por lo que podemos provocar una contaminación cruzada de bacterias hacia los alimentos o las manos, lo cual está considerado como la principal causa de brotes de enfermedades transmitidas por alimentos.
Las concentraciones de bacterias observadas en los estropajos han llegado a alcanzar los 100.000 millones por centímetro cúbico, una concentración que sólo puede encontrarse en muestras fecales y que nunca deberían estar en una cocina.
Pero creo que lo más sorprendente de la investigación fue que según los investigadores, no existe ningún método de limpieza para estos estropajos que nos asegura una auténtica desinfección. Todos los procesos de esterilización como el microondas, agua hirviendo o el lavavajillas, sólo consiguieron seleccionar aquellas bacterias realmente resistentes que rápidamente colonizaron los huecos que habían dejado las bacterias que habían muerto. Además, estas bacterias más resistentes solían ser de las familias Moraxella y Chryseobacterium, potencialmente patógenas.
Entonces nosotros nos preguntamos, si no podemos desinfectar de ninguna manera los estropajos, ¿cada cuánto tiempo hay que cambiarlos? Pues cada semana, afirman los investigadores. Sin duda, un gran ataque hacia el medio ambiente. Sólo te haremos una pregunta, ¿cuándo fue la última vez que cambiaste el estropajo de tu cocina?