Los antidepresivos están rodeados de una gran controversia: ¿Funcionan o no? Algunos estudios sugieren que los antidepresivos proporcionan importantes beneficios en los pacientes, sin embargo, existen otros que aseguran que no son mejores que los placebos e incluso que pueden aumentar el riesgo de suicidio en pacientes críticos. Ahora, se ha descubierto que tomar antidepresivos durante el embarazo podría aumentar considerablemente las posibilidades de que el niño o la niña sufra autismo.
«La depresión materna, tratada o no tratada, es un factor de riesgo para el autismo«, asegura Anick Bérard, el investigador principal del estudio. «Sin embargo, el uso de antidepresivos es un factor de riesgo independiente. No estoy diciendo que no haya que tratar la depresión; Estoy diciendo que los antidepresivos no son probablemente la mejor forma de tratar la depresión.»
El uso de antidepresivos durante el embarazo es altamente peligroso para el feto
El uso de este tipo de medicamentos se basa en la teoría de que la depresión es debida a un desequilibrio de ciertas sustancias químicas que tenemos en el cerebro, en particular la serotonina (conocida como la «hormona de la felicidad«). El objetivo de los antidepresivos es restaurar los niveles de serotonina para que vuelvan a la normalidad, uno de los mecanismos más conocidos para aumentar los niveles de serotonina es previniendo su recaptación por el sistema nervioso.
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Estos fármacos son conocidos como ISRS (Inhibidores Selectivos de la Recaptación de Serotonina) como el Prozac o el Citalopram. ¿Qué pasaría si los niveles de serotonina anormales fuesen un síntoma y no una causa de la depresión? Eso podría explicar en gran parte porqué su uso no es tan eficaz como se creía en un principio, sin embargo, el uso de antidepresivos no ha parado de crecer en los últimos años.
Al mismo tiempo, también se ha ido incrementando el número de afectados por el Trastorno del Espectro Autista (TEA), un término general utilizado para trastornos del neurodesarrollo en los niños, como el autismo y el síndrome de Asperger.
El estudio, publicado en JAMA Pediatrics, analizó los datos de casi 145.500 niños y niñas de Québec que recibieron un seguimiento de hasta 10 años después desde su nacimiento. Junto a los diagnósticos de TEA, el equipo reunió información sobre el estado de la depresión materna y el uso de antidepresivos durante el segundo o tercer trimestre (periodos críticos para el desarrollo del cerebro del feto).
El uso de antidepresivos incrementa un 87 % las posibilidades de que el niño o niña sufra TEA
El equipo tuvo en cuenta también diversas variables que pudiesen afectar a los resultados del estudio, tales como antecedentes familiares, edad materna en la concepción y los factores socioeconómicos. Tras analizar todos los datos, los investigadores encontraron que el uso de antidepresivos durante el segundo y/o tercer trimestre de embarazo incrementaba en un 87 por ciento las posibilidades de que el niño o la niña sufriera TEA.
La serotonina es de gran importancia para el desarrollo del cerebro ya que está involucrada en la división celular, la migración de las neuronas y la creación de conexiones entre las células a través de las cuáles fluye la información en el organismo. Por lo que aquellos antidepresivos que alteran los niveles de serotonina podrían afectar negativamente el desarrollo del cerebro del feto.
Todavía se requieren más estudios y sería necesario contar con pruebas más evidentes para determinar si los antidepresivos realmente representan un grave peligro para el feto, aunque por el momento es mejor prevenir que curar.
