Un grupo de investigadores del King’s College de Londres ha descubierto una nueva técnica para estimular la renovación de las células madre de la pulpa de los dientes gracias a un efecto secundario de un fármaco contra el Alzheimer.
Tras una infección en un diente o caries, la pulpa interna del diente suele quedar expuesta. Por ello, los dientes tienen la capacidad natural de formar una pequeña capa de dentina, el material mineralizado que protege los dientes, que es capaz de sellar la pulpa dental y protegerla de posibles infecciones. No obstante, este sistema no es efectivo cuando se trata de grandes caries.
Seguro que tu también has ido al dentista y has salido con un empaste en alguna muela, los empastes simulan ser la dentina que recubre nuestros dientes y los utilizan los dentistas para rellenar grandes agujeros en los dientes. Estos suelen ser de materiales como el calcio o el silicio y aunque son muy útiles para preservar los dientes y evitar nuevas infecciones, el nivel de minerales del diente nunca se restablece por completo y normalmente deben ser reemplazados con el tiempo.
La regeneración natural de los dientes está más cerca que nunca
Ahora este grupo de investigadores ha publicado un artículo en la revista científica Scientific Reports para explicar que han encontrado la forma de estimular a las células madre que se encuentran en la pulpa del diente para que generen una nueva capa de dentina lo suficientemente grande como para tapar grandes caries, evitando así el uso de empastes.
Con este nuevo método se fomentaría la reparación natural de los dientes lo que proporcionaría una gran solución para las caries y en definitiva, una salud dental más duradera.
En concreto, el fármaco capaz de regenerar la capa de dentina de los dientes se conoce con el nombre de Tideglusib y se ha utilizado previamente en diferentes ensayos clínicos para el tratamiento del Alzheimer. Este hecho supondrá que el fármaco pueda estar disponible próximamente en cualquier clínica dental.
La forma de administración será mediante el uso de esponjas de colágeno que son biodegradables por lo que se van desintegrando con el tiempo. En la investigación vieron como a medida que se degradaba la esponja, el espacio era reemplazado por la dentina, por lo que se consigue una reparación completa y natural.
Las esponjas de colágeno ya se utilizan en la práctica clínica diaria por lo que están clínicamente aprobadas y son seguras. Un hecho que contribuirá aún más a acelerar la posible comercialización del fármaco para su uso en clínica dental.
