Si deseas controlar tu peso, una buena opción sería tener un frutero repleto de fruta en la encimera de la cocina según sugiere un reciente estudio. Los investigadores han encontrado que las personas del estudio que tenían fruta en la encimera pesaban una media de 6 kg menos que los que no tenían esta opción de picoteo saludable al alcance de la mano.
Pero antes de empezar a llenar nuestra encimera de frutas, quizás te interesaría saber que lo suyo sería que guardaras los cereales. Los participantes del estudio que seguían manteniendo los cereales en la encimera pesaban un promedio de 9 kg más que aquellos participantes que no mantuvieron los cereales al alcance de la vista. Algo parecido pasa con los refrescos gaseosos, el estudio comenta que aquellas personas que suelen tener refrescos en su nevera pesan 11 kg más que aquellas personas que no suelen tener este tipo de bebidas.
El estudio arroja algo de luz a cómo el entorno alimentario influye en una persona
«El estudio mostró una gran correlación entre lo que está presente en nuestra encimera y lo mucho que pesan los participantes«, dijo el autor principal del estudio, Brian Wansink, un psicólogo de alimentos y director del Laboratorio de Alimentos y Marcas de la Universidad de Cornell.
El nuevo estudio refuerza lo que probablemente ya sabías: comer frutas y verduras es saludable; comer comida basura no lo es. Pero además, el nuevo estudio arroja algo de luz a cómo el «entorno alimentario» de una persona puede afectar a sus hábitos alimenticios de forma sorprendente.
Para llevar a cabo el estudio, Wansink y su equipo crearon una encuesta on-line que realizaron casi 500 mujeres estadounidenses. Los investigadores pensaron que sería bueno centrarse en las mujeres que habían sido madres de al menos dos niños, ya que, como se explica en el estudio, es el grupo demográfico con mayor riesgo de aumento de peso y estudios anteriores han demostrado que, al menos en los hogares de los Estados Unidos, las mujeres son más propensas que los hombres a llevar a cabo las tareas de la cocina.
En la encuesta, se pedía a las mujeres que echaran un vistazo alrededor de sus cocinas y que rellenaran, cada una en su caso, qué productos alimentarios estaban presentes en las encimeras, así como qué tipo de pequeños electrodomésticos. Luego se les pidió que detallaran información acerca de su peso y su altura, así como el peso y la altura de sus cónyuges. Esta información luego sirvió a los investigadores para calcular los índices de masa corporal (IMC).
Los caramelos llevan intrínseca la advertencia de que son malos
De todos los elementos que estaban en la lista, el único que se asoció con un IMC más bajo fue el frutero. Algunos otros objetos tenían asociaciones insignificantes con los IMC de las personas del hogar, pero muchos otros se asociaban con IMC más altos. Incluso las tostadoras se asociaron con un IMC más alto, aunque en este caso, sólo en hombres.
Debido a esa elevada correlación entre las cosas presentes en las encimeras y los IMC más altos, los investigadores decidieron ampliar sus investigaciones, llevaron a cabo un experimento por separado en el que entraron en 300 casas de Nueva York para ver qué tenía la gente en las encimeras. Los resultados fueron muy similares.
Hay que resaltar que la presencia de galletas y otro tipo de productos horneados como panecillos, no estaban estrechamente relacionados con IMC más altos en mujeres, pero sin embargo si lo estaban en los hombres. También fue curioso que aquellas cocinas que tenían caramelos encima de la encimera no se asociaban con un elevado IMC. Wansink dice que cree saber por qué ocurre así: «Con los caramelos, todos tenemos en mente que son malos, entonces nos salta una especie de advertencia en el cerebro que nos dice, no comas eso, sin embargo, con una caja de cereales eso no ocurre«.
«Esto en realidad corresponde a un mito extendido que se cierne sobre alimentos como los cereales, que a menudo se comercializan como algo saludable, pero que en realidad la mayoría contienen altos niveles de azúcar y otros ingredientes que contribuyen a aumentar de peso si no se consumen con moderación«, dijo Wansink.
Estos nuevos estudios sugieren que el hecho de quitar estos alimentos de la encimera ayuda a evitar la tentación de comerlos. «Por supuesto, ocultar la comida basura no va a resolver todos los problemas relacionados con el sobrepeso, también sería importante comprar solo alimentos saludables y dejar la comida basura en el supermercado«, añade Wansink.
Ocultar según que alimentos de nuestra vista puede ayudar a controlar nuestro peso
Pero poner los alimentos a distancia, en armarios o recipientes opacos puede ayudar. Si metemos los cereales en un gran recipiente de plástico puede llegar a parecer comida de perro y eso no apetece, dijo Wansink.
Wansink es el autor del libro Slim by Design: Mindless Eating Solutions for Everyday Life (Delgado bajo diseño: soluciones para comer sin la mente en la vida cotidiana). Y los estudios fueron publicados el 19 de octubre en la revista «Health Education & Behavior».