Los pingüinos son unos de los animales más adorables del planeta sin duda, y más aún los Pingüinos Adelaida (Pygoscelis adeliae). Esta especie mide solo unos 70 centímetros y tiene los ojos muy pequeños y brillantes. Aunque no deberíamos dejarno engañar por su aspecto especialmente encantador.
Cuando el Dr. George Murray Levick hizo sus observaciones sobre el comportamiento sexual de estos pingüinos entre los años 1911 y 1912, consideró que sus hallazgos no podían publicarse por ser inapropiados. Mucho antes de la liberación sexual que se produció en la década de los 60, los pingüinos ya practicaban la promiscuidad sexual entre machos y hembras sin pareja. También existen registros de sexo homosexual entre pingüinos machos.
Sus hallazgos permanecieron ocultos durante 100 años
Pero hasta aquí podemos pensar que nada escandaliza a los estándares modernos. Pero hay más, en su expedición antártica, Levick también observó casos de pingüinos Adelaida que participaban en violaciones, tanto en grupo como individuales, practicaban abusos sexuales y físicos de los pollitos, y también necrofilia, con algunos pingüinos que podían llevar muertos desde el año anterior.
Levick, sorprendido, escribió sus observaciones en griego, ya que solamente unos pocos privilegiados podrían entender lo que había escrito, y su código parecía funcionar, ya que sus hallazgos no se publicaron hasta el año 2012.
En 1998 también salió a la luz que mientras unas personas observaban a estas criaturas pudieron comprender que realizaban ciertas acciones que podían ser similares a la prostitución. La moneda de cambio para ellos eran las piedras. Algunas de las hembras «prostitutas» engañaban a los machos haciéndoles creer que tendrían sexo con ellos mediante la realización de un ritual de cortejo muy elaborado, pero luego huían con sus piedras.
No sé que opinaréis, nosotros no volveremos a ver a Pingu con los mismos ojos.