Científicos han sido capaces de conectar cerebros humanos, de tal forma que se puede saber lo que piensa el otro. Quizás el tema de leer la mente es algo que nos recuerda más a una película de ciencia ficción que a una realidad científica, pero parece ser que está más cerca de la realidad de lo que creíamos.
En una serie de experimentos los investigadores han sido capaces de conseguir que dos personas jueguen a un juego similar al de las 20 preguntas, a pesar de no hablar el uno con el otro y estar situados a más de un kilómetro de distancia.
Dos mentes conectadas
«Éstre podría ser el experimento más complejo que se haya realizado de cerebro a cerebro hasta la fecha en humanos», dijo Andrea Stocco, el principal autor del estudio publicado en PLOS ONE. El experimento demuestra como dos cerebros pueden vincularse, de forma que es posible que una persona adivine lo que la otra está pensando.
El experimento funciona de la siguiente manera: uno de los participantes (el entrevistado) lleva puesto un gorro que está conectado a un electroencefalograma que es una máquina que registra la actividad cerebral. Después, se le muestra una imagen u objeto en la pantalla de un ordenador, como por ejemplo un perro. La segunda persona (el investigador) se encuentra sentada en una habitación en otro lugar diferente y se le enseña una lista con los posibles objetos con los que la primera persona está pensando y además tiene otra lista con las típicas preguntas a las que sólo se puede responder con sí o no, por ejemplo, ¿es una mosca?, ¿eres un animal?, preguntas de este estilo.
Comunicación sin habla
El investigador hace esas preguntas utilizando una pantalla táctil y éstas aparecen en la pantalla del ordenador del entrevistado. Éste responde sin hablar, tiene delante unas luces que representan el sí o el no y lo que hace es concentrarse en una de las luces para dar su respuesta. La maquina de electroencefalograma lee la actividad cerebral de la respuesta del entrevistado y la envía a través de internet a la sala en la que se encuentra el investigador.
La respuesta activa una bobina magnética que está colocada detras de la cabeza del investigador. Cuando la respuesta del entrevistado es «Sí», la bobina genera una fuerte señal que estimula la corteza visual del cerebro del investigador. Lo que le lleva a ver un destello de luz en su cerebro, en forma de gotas, ondas o líneas, y este fenómeno se denomina fosfeno. Después de una serie de preguntas formuladas y respondidas de esta forma, el investigador puede adivinar lo que el entrevistado estaba pensando.
Los científicos vieron que los participantes fueron capaces de adivinar el objeto correcto el 72% de las veces, mientras que los controles negativos que tenían en sus gorros un separador de plástico que les impedía ver la generación de los fosfenos, sólo acertaron un 18% de las veces. Los científicos aseguran que el hecho de que no se haya conseguido un acierto del 100% se debe a que los participantes nunca han experimentado la visión del fosfeno hasta ahora y que la falta de práctica hace que a veces no lo detecten o no lo interpreten como tal y por ello no siempre acertaron.
¿Podrían de esta forma comunicarse personas con el cerebro dañado?
Este descubrimiento ha abierto muchas puertas, ahora quieren centrarse en si sería posible repetir el experimento de transmisión de señales entre cerebros sanos y dañados por accidentes cerebrovasculares. Además quieren ver si también es posible transmitir estas señales entre los diferentes estados del cerebro, tales como el envío de señales entre un cerebro dormido y otro despierto.
¿Qué opinas de la telepatía? ¿Te gustaría probar la última forma de comunicación? Nosotros pensamos que esto puede ser el futuro, llegados a este punto, ¿Quién necesitaría un móvil?