Aunque estaréis de acuerdo conmigo en que las cosas que decimos los humanos no siempre son del todo inteligentes, la capacidad de aprender y usar creativamente el lenguaje es uno de los procesos cognitivos más complejos e impresionantes de los seres humanos, incluso más que las máquinas más avanzadas. Sin embargo, un equipo de científicos ha conseguido crear un sistema artificial de neuronas capaz de aprender palabras, frases, expresiones y sintaxis sin programación previa, permitiendo mantener un diálogo improvisado con procesos similares a las acciones mentales de los humanos.
El programa, bautizado como Annabell (Artificial Neural Network with Adaptive Behavior Exploited for Language Learning, de sus siglas en inglés), se compone de 2,1 millones de neuronas, vinculadas entre si a través de 33 mil millones de conexiones virtuales (si queréis poder descargaros el código fuente del software desde el siguiente enlace, por si os puede la curiosidad).
Annabell es capaz de aprender el lenguaje de forma muy similar a los humanos
Aunque ello pueda sonaros a un sistema grande y complicado, lo cierto es que los investigadores aseguran que la sofisticación del uso de la lengua era comparable a la de un niño de cuatro años. Eso incluye la capacidad de «aprender nombres, verbos, adjetivos, pronombres y otras clases de palabras para luego utilizarlos en un lenguaje expresivo«, según el artículo.
Lo que distingue básicamente a Annabell de asistentes de voz inteligentes como pueden ser la popular Siri de Apple o Cortana de Windows es que Annabell no tenía a priori el conocimiento de las palabras o frases que finalmente llega a utilizar. Más bien, es capaz de aprender, organizar y seleccionar sus palabras después de interaccionar con un humano. Básicamente, lo que hace es enriquecer su vocabulario a partir de los diálogos con los seres humanos y de ahí va organizando todas las palabras para luego desarrollar un lenguaje.
Esto ha sido gracias a las dos propiedades clave de Annabell.
- El primero de ellos es su plasticidad sináptica, que se refiere al proceso mediante el cual una conexión entre dos neuronas particulares – sinapsis – se vuelve cada vez más eficaz cuanto más se activa.
- El otro mecanismo clave para su funcionamiento es el llamado «neural gating«, que hace referencia a la capacidad de ciertas neuronas llamadas neuronas biestables para actuar como interruptores que pueden activar o desactivar la transmisión de señales en todo el cerebro, controlando de este modo el flujo de información.
El modelo cognitivo inteligente ha contado con una base de datos de 1.587 frases, con base en la literatura sobre el desarrollo temprano del lenguaje y ha sido capaz de responder un total de 421 respuestas. Por ejemplo, cuando se le hizo la pregunta «¿cuántas partidas has jugado?«, respondió: «Jugué Space Invaders, uno; Pac Man, dos; Donkey Kong, tres; tres partidas«.
Los investigadores de la Universidad de Sassari (Italia) y de la Universidad de Plymouth (Reino Unido) insisten en que su objetivo no era diseñar una «solución al problema de diálogo entre el hombre y la máquina», sino el de proporcionar algo de luz a los mecanismos cognitivos mediante los cuales el hombre es capaz de aprender el lenguaje.
