Artículo traducido, autor original: Jason Ellis, Universidad de Northumbria. Te encuentras ante uno de los momentos más relajantes del día. Te tumbas en la cama, te colocas cómodamente y empiezas a sentir como tu cuerpo se relaja y tu cerebro se ralentiza… y de repente, experimentas una sensación de caída impactante. Es como si hubieras juzgado mal el número de escaleras que tenías que subir, y tu pierna se queda colgando en el aire un poco más de lo esperado. Una sensación poco agradable.
Esta sensación que experimentamos poco antes de dormirnos se conoce como reflejo hípnico y, a veces, incluso puede ir acompañada de una alucinación visual. Seguramente también habrás oído hablar de la mioclonía del sueño o de la sacudida hípnica para referirse a la misma sensación.
¿Pero qué es la sacudida hípnica?
La sacudida hípnica se produce cuando los músculos, por lo general de las piernas (aunque pueden ser de cualquier parte del cuerpo), involuntariamente se contraen rápidamente, casi como un espasmo. Aunque no se conocen exactamente las razones que se esconden detrás de este fenómeno, la perspectiva evolutiva sugiere que sirve al menos, para dos importantes funciones relacionadas entre sí.
En primer lugar, este repentino despertar nos permite comprobar nuestro ambiente por última vez, es una buena oportunidad para asegurarse de que realmente es seguro dormirse en el lugar en el que nos encontramos. Aunque esto ahora no tenga mucho sentido, sí que lo tenía cuando dormíamos en medio de la selva.
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Otra función evolutiva que se sugiere es que este repentino despertar nos permite, o al menos se lo permitió a nuestros ancestros, comprobar la estabilidad de la posición del cuerpo antes de irnos a dormir, especialmente si nos dormimos en lo alto de un árbol.
La otra teoría principal sugiere que la sacudida hípnica no es más que un síntoma de nuestro sistema fisiológico que cede el control, a veces a regañadientes, a nuestra unidad del sueño, pasando de un estado activo a otro de relajación y a una parálisis corporal eventual. En esencia, la sacudida hípnica puede funcionar como un interruptor cerebral entre el estado de vigilia y el de sueño.
Cuando las sacudidas hípnicas dan problemas
De cualquier manera, aunque en la mayoría de los casos es un fenómeno normal y natural, la sacudida hípnica puede llegar a ser una experiencia bastante desconcertante y aterradora. En casos extremos, ya sea en términos de frecuencia, velocidad o la violencia de la sacudida, puede hacer que la gente se mantenga despierta. Les impide entrar en el ciclo de sueño normal, algo que a largo plazo supone experimentar un tipo de insomnio conocido como insomnio al inicio del sueño.
Como la sacudida hípnica está relacionada con la actividad motora, cualquier cosa que mantenga a tu sistema motor activo durante la noche es probable que aumente las posibilidades de sufrir una sacudida hípnica, incluso con más intensidad.
Por ello, la cafeína (y otros estimulantes), el ejercicio vigoroso, los altos niveles de estrés y ansiedad durante la noche se asocian con una mayor probabilidad de experimentar una sacudida hípnica espontánea. Por lo que es mejor, siempre que sea posible, evitarlo. Otras situaciones en las que se podría producir incluyen estar muy cansado o fatigado, tener falta de sueño o un horario de sueño irregular. En estos casos, lo importante para evitarlo es mantener un patrón de sueño regular.
Por último, desde un punto de vista nutricional, se ha llegado a sugerir, aunque anecdóticamente, que las deficiencias de magnesio, calcio y/o hierro pueden aumentar las posibilidades de sufrir una sacudida hípnica espontánea. Dicho esto, también se ha sugerido que estas sacudidas pueden ser evocadas por una estimulación sensorial durante el período de inicio del sueño, por lo que asegurarse de que estamos en un entorno de sueño fresco, oscuro y silencioso puede ser útil para reducir la frecuencia y la intensidad de las mismas.
Una mitad del cerebro hace guardia cuando dormimos en cama ajena
En realidad, existe muy poca investigación sobre el tema, presumiblemente esto es debido a que gran parte de estas sacudidas hípnicas se ven como un fenómeno normal, por lo que es difícil sugerir un ‘tratamiento’ definitivo. Sin embargo, sí sabemos que a medida que envejecemos el número de sacudidas hípnicas que experimentamos debe disminuir de forma natural. El principal problema a considerar aquí es si estas sacudidas que sufres tú o tu pareja de cama están causando un problema. Si lo fuera, entonces sería el momento de acudir a un especialista del sueño, pues existen una serie de trastornos del sueño, como la apnea del sueño, que tienen síntomas similares a las sacudidas hípnicas.
El artículo ‘¿Por qué a veces sentimos que nos caemos al dormir?‘ ha sido traducido por Ciencia Today, el autor original es Jason Ellis, Profesor de Ciencia del sueño, de la Universidad de Northumbria, Newcastle. Este artículo ha sido publicado originalmente en “The Conversation“. Aquí puedes leer el artículo original en inglés.