Quizás siempre nos adelantamos a la hora de celebrar nuevos tratamientos efectivos contra el cáncer, pero realmente esta vez está justificado, pues con esta nueva terapia, que recibe el nombre de inmunoterapia, las células del propio paciente se convierten en agentes destructores de tumores.
En el primer ensayo clínico en el que se ha probado esta nueva terapia contra el cáncer un 94% de los pacientes ha entrado en fase de remisión, aunque los resultados definitivos del estudio siguen pendientes de revisión. El tratamiento fue anunciado en una reunión de la Asociación Americana para el Avance de la Ciencia, en Washington DC.
La nueva terapia contra el cáncer se basa en los linfocitos T del propio paciente
El tratamiento se centra en los conocidos linfocitos T, una de las células principales de nuestro sistema inmune que se encargan de explorar nuestro cuerpo en busca de amenazas (bacterias, virus, cuerpos extraños e incluso células tumorales) y cuando las encuentran las destruyen. Sin embargo, estas células disminuyen su actividad cuando padecemos alguna enfermedad crónica y no siempre son lo suficientemente potentes como para hacer frente a la rápida división y propagación de las células cancerosas.
Gracias a los últimos avances en ingeniería genética, los científicos son capaces de aprovechar y explotar el potencial de estas células, tienen la capacidad de aumentar las habilidades innatas de los linfocitos T para que se dirijan específicamente hacia las células tumorales. En concreto se potencia la capacidad de los linfocitos T para detectar una molécula denominada CD19 que básicamente se encuentra en la superficie de otro tipo celular, los linfocitos B, de esta forma, los linfocitos T tienen la capacidad de reconocer y destruir, de forma específica, tumores procedentes de este tipo celular, como los linfomas y la leucemia.
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El tratamiento comienza cuando se extraen los linfocitos T del paciente y se les añade el gen para que generen este receptor capaz de reconocer la molécula CD19. Dos semanas más tarde, estas células modificadas están listas para ser refundidas en el paciente. Los investigadores utilizan un subconjunto de linfocitos T que tiene una alta capacidad de regeneración, lo que quiere decir que permanecen en el cuerpo durante periodos prolongados después del trasplante. De esta manera, se consigue una protección a largo plazo contra los cánceres de linfocitos B.
Los resultados más prometedores son los que proceden de un grupo de 35 pacientes que padecían una leucemia linfoblástica aguda, en el que el 94 % entró en fase de remisión despues del tratamiento. También hay otro estudio, en el que se trataron 40 individuos con linfoma y en más del 50% de los pacientes desaparecieron los síntomas. Teniendo en cuenta que todos los tratamientos que habían seguido estos pacientes habían fallado y que muchos de ellos tenían una esperanza de vida de apenas unos meses, estos resultados son más que alentadores.
La nueva terapia contra el cáncer ha mostrado efectos secundarios graves
Sin embargo, es importante señalar que algunos de los pacientes han sufrido efectos secundarios graves, entre los que se encuentran problemas neurológicos y disminución de la presión arterial. Los investigadores se encuentran trabajando en la reducción de dichos efectos adversos, pero aún así se necesitan más estudios de seguimiento para determinar si los efectos contra el cáncer son duraderos a lo largo del tiempo.
Aunque si los resultados positivos siguen llegando, sin duda esta nueva y revolucionaria terapia contra el cáncer podría ajustarse con éxito para tratar otros tipos de tumores y estaremos a la espera.