A pesar de que lo nieguen ciertos sectores sociales o presidentes del gobierno estadounidense (léase Donald Trump), el calentamiento global ya es un hecho, y está teniendo y seguirá teniendo, graves consecuencias en nuestro entorno. Una de estas consecuencias que puede parecer minúscula, pero que puede llegar a tener grandes consecuencias en los ecosistemas de todo el planeta, acaba de ser descubierta por un grupo de investigadores suecos y portugueses.
En su estudio, publicado en la prestigiosa revista «Ecology«, han descubierto que tres especies de ranas de la península ibérica, el Sapillo Pintojo (Discoglossus galganoi), la Ranita de San Antonio (Hyla arborea) y la Ranita Meridional (Hyla meridionalis), cambian su dieta en cuanto la temperatura ambiental sube unos cuantos grados.
Observaron cómo renacuajos de estas tres especies en condiciones de laboratorio pasaban de una dieta omnívora a una dieta totalmente herbívora. Esto puede parecer superfluo, pero hay que considerar que los anfibios son animales de sangre fría, y por lo tanto muy dependientes de la temperatura ambiental. Si este mecanismo en el cual la dieta se modifica en función de la temperatura, se demuestra que es común a todos los animales de sangre fría, las consecuencias del calentamiento global en el equilibrio de los ecosistemas de todo el planeta pueden ser catastróficas.
¿Cómo lo hicieron para saber que las ranas se vuelven vegetarianas con el calor?
En primer lugar recogieron renacuajos de las tres especies y los criaron en la Universidad de Lisboa en contenedores especiales. Los dividieron en grupos con diferentes temperaturas de agua simulando diferentes escenarios que pueden ocurrir en la naturaleza. Además les dieron dietas diferentes, desde dietas con un alto contenido en proteína animal (insectos), hasta plantas o dietas mixtas.
Sapillo Pintojo. Fuente: Wikipedia
Mediante el estudio del ratio de isótopos de Carbono y Nitrógeno presentes en cada individuo (13C/12C; 15N/14N) y de la proporción de Carbono y Nitrógeno total en el cuerpo de cada uno, pudieron averiguar qué comieron exactamente cada uno de los renacuajos.
Con todos estos datos estudiaron la diferencia de peso, tasa de supervivencia, tiempo de metamorfosis a animal adulto, así como la cantidad de dieta animal o vegetal. Lo más preocupante que observaron fue, como hemos comentado anteriormente, la facilidad con la que estos animales cambian de dieta, pero a la vez cómo provoca esto un cambio en su tasa de supervivencia y en el tiempo de metamorfosis.
Otro punto preocupante fue que el porcentaje de supervivencia cayó alrededor del 40% en los animales que ingirieron exclusivamente dieta vegetal. Si esto lo extrapolamos a lo que pasaría en la naturaleza, el cambio de temperatura, y por tanto el cambio de dieta, podría provocar una extinción masiva de gran cantidad de especies de sangre fría (si se demuestra que este mecanismo es común en el resto de animales de sangre fría).
Este descubrimiento podría augurar cambios devastadores en las cadenas tróficas
Esto podría tomarse como un dato positivo, ya que podría pensarse que es un punto a favor de estos anfibios la capacidad de adaptación a diferentes climas. Pero la verdad es que no es así, el aumento de mortalidad que conllevó el cambio de dieta, y esta ‘facilidad’ para cambiar de dieta con mínimos cambios de temperaturas predice los devastadores cambios en las cadenas tróficas que puede provocar un futuro escenario de calentamiento global.
Ranita Meridional. Fuente: Wikipedia
Puede que a muchos les parezca que estos descubrimientos recientemente publicados sean meramente anecdóticos, pero lo cierto es que el calentamiento global es un hecho, ya no caben debates, y estos datos no hacen más que confirmar algo muy claro, que las consecuencias de este calentamiento global serán desastrosas como no hagamos algo al respecto.
