Autor original: Laurel Mellin, Universidad de California. A pesar de los esfuerzos masivos del gobierno y de los individuos para ganar la guerra contra la obesidad, el 71% de los estadounidenses tienen sobrepeso. El adulto promedio pesa 10 kg más que en los años 60. La creciente circunferencia de la cintura supone un gasto de más de 200 mil millones de dólares al año en servicios de salud, lo que supone una crisis sanitaria grave.
La investigación en medicamentos no ha proporcionado ninguna pastilla que ayude a las personas a perder peso y a no recuperarlo. Los enfoques tradicionales, tales como la dieta y el ejercicio pueden funcionar a corto plazo, pero la gente inevitablemente termina por recuperar el peso. Algunos ensayos controlados de cirugías para perder de peso han demostrado algunas mejoras en la diabetes, pero no en la mortalidad, el cáncer o las enfermedades cardiovasculares.
Si alguna vez creamos una pastilla que solucione los problemas de sobrepeso será una que cambie el cerebro, y en particular aquellas zonas primitivas del cerebro, el ‘cerebro emocional’. Estas áreas alojan circuitos que controlan la tensión, el estrés, las emociones, los pensamientos y los comportamientos. Estos circuitos pueden ser reconectados en los seres humanos por lo que si los cambiamos, tenemos la oportunidad de abordar la causa raíz de los problemas relacionados con el estrés, incluyendo la obesidad. Mientras que el sobrepeso y la obesidad pueden deberse a la genética, de cada vez existen más investigaciones que indican que el estrés juega un papel muy importante en el aumento de peso. Muchas personas estresadas recurren a la comida para encontrarse mejor.
Para perder peso se emplearon estrategias basadas en la neurociencia
La autora y su grupo de investigación desarrollaron un enfoque basado en la neurociencia para el control de peso e hicieron frente a los excesos comunes a los que todos nos enfrentamos, a través de la formación del cerebro emocional. La idea era utilizar las herramientas basadas en la neurociencia para cambiar el cerebro, de modo que toda la gama de excesos comunes se desvanecería. El método ha mostrado resultados prometedores.
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El cerebro emocional es el mando central del peso y de los excesos comunes. Incluye los centros del miedo, de la recompensa y el hambre. Cuando ese cerebro está en tensión, los tres centros promueven el aumento de peso y el comer en exceso. Tenemos fuertes motivos para hacer exactamente lo que sabemos que no debemos hacer. Pero no podemos evitarlo porque nuestro cerebro emocional está en tensión.
La tensión aumenta el valor de la recompensa por los alimentos, aumenta el hambre de hidratos de carbono y disminuye la tasa metabólica, casi garantizando el aumento de peso. La relación entre la obesidad y el estrés ha sido bien documentada. Nuestro cerebro pensante (el neocortex) queda fuera de juego y los extremos de nuestro cerebro emocional son los que mandan.
Para cuidar de tu cuerpo, cuida de tu cerebro
El primer paso para tomar el control sobre nuestro peso es desestresar el cerebro emocional. En el entrenamiento del cerebro emocional, nos liberamos del estrés comprobándolo muchas veces a lo largo del día, identificando nuestros niveles de estrés y usando la técnica adecuada para deshacernos de él y llegar a un estado de bienestar.
Existen 5 niveles de estrés y 5 herramientas o técnicas para deshacerse de él. Para tener una idea de cómo funcionan, respira profundamente un par de veces y comprueba a qué nivel de estrés estás sometido. Después, utiliza las herramientas de ese nivel para reducir el estrés rápidamente.
1. Herramienta de compasión (Nivel 1 de estrés – Muy poco estrés)
Tienes que decirte a ti mismo: ‘Debo sentir compasión por mi mismo’, luego debes ser consciente de que esa ola de compasión fluye a través de tu cuerpo. Luego tienes que decir: ‘Debo sentir compasión por los demás’ y sentir una ligera ola de calor. Por último, debes decir: ‘Debo sentir compasión por todos los seres vivos’.
2. Herramienta de los sentimientos (Nivel de estrés 2 – Estrés bajo)
Tienes que preguntarte a ti mismo ‘¿Cómo me siento?’. A menudo, tres sentimientos florecen, pero debemos esperar hasta averiguar cual de ellos es el más fuerte. Una vez encontrado, debes preguntarte: ¿Qué necesito? y finalmente ‘¿Necesito ayuda?
3. Herramienta de flujo (Nivel de estrés 3 – Un poco de estrés)
Tienes que decir las palabras: ‘Me siento enfadado porque…’ y debes observar que palabras llegan a tu mente para comprobar la frase. Formúlate la pregunta varias veces, pero cambiando enfadado por triste, asustado, culpable, agradecido, feliz, seguro y orgulloso. Siente como el estrés se ha ido. ¿Por qué? Cuando sentimos libremente nuestros sentimientos negativos, simplemente se desvanecen. Ya no estamos en peligro y el cerebro, de forma natural, se centra el los sentimientos positivos que nos proporcionan la energía para seguir adelante y hacer cosas buenas en la vida.
4. Herramienta de ciclo (Nivel de estrés 4 – Estrés alto)
Empieza por identificar que te está molestando (no te cortes) y luego quéjate del estrés diciendo: ‘Me siento enfadado porque… No soporto que… Odio que…’ Y cada vez presta atención a las palabras que llegan a tu mente para completar las frases.
El siguiente paso es apoyarte a ti mismo y decir: ‘Por supuesto, yo podría hacer esto (comer hasta rebentar) porque mi expectativa irrazonable es…’ y luego, esperas a que aparezcan las palabras de tu subconsciente, como: ‘Yo obtengo seguridad en mi mismo cuando como en exceso’. Eso es un problema técnico que necesita actualizarse. Así que, ¡actualicémoslo! Di la expectativa opuesta (algo así como ‘Yo no puedo obtener seguridad conmigo mismo a través de la comida… Yo puedo obtener seguridad conectando conmigo mismo’). Como tu dices eso cuando el circuito ha sido recientemente desbloqueado, el circuito puede cambiar hacia la expectativa que tu hayas escogido. A medida que la nueva expectativa se vuelve dominante, los impulsos emocionales que te llevan a cometer excesos (como la comida) comienzan a desvanecerse y el cambio de comportamiento se vuelve más fácil.
5. Herramienta de control de daños (Nivel de estrés 5 – Estrés muy alto)
Cuando estamos estresados, necesitamos sentirnos arropados y consolados. A veces, sólo meciéndose en una silla o respirando profundamente, se puede obtener cierta paz. También, puedes decir palabras calmantes en repetidas ocasiones: ‘No juzgues. Minimiza el sufrimiento. Sabemos que pasará. Después de todo, es solo estrés y pasará’.
Los circuitos de supervivencia activan instintos emocionales fuertes que nos conducen a comer en exceso
Una vez que hayas empezado a liberar estrés desde tu cerebro emocional, es probable que te des cuenta de que sigue disparándose a veces. Puedes culparte por la borrachera de ayer o porque cenaste demasiado. Pero al fin y al cabo, es sólo un instinto de supervivencia.
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Cuando estamos estresados y recurrimos a la comida para enfrentarlo, el cerebro recuerda que los alimentos ‘nos salvaron’ del estrés y codifica una expectativa, algo así como ‘Obtengo seguridad de la comida’. Este circuito puede ser reproducido toda la vida.
Nos encanta la comida precocinada… Pero ¿Cómo afecta a nuestra salud?
La investigación ahora muestra que esos circuitos de supervivencia pueden ser reprogramados y eso es lo que hacen con el entrenamiento del cerebro emocional (ECE). De hecho, sólo pueden ser reprogramados cuando estamos estresados. Sólo en ese momento, el circuito se desbloquea y podemos realizar cambios más duraderos. Cuando un usuario del ECE está estresado y piensa en comer, recurre a una de las herramientas en vez de a la comida y lo usa para cambiar el circuito. Entonces el impulso de comer en exceso se desvanece.
El último paso: mantener el peso perdido
Mantener el peso perdido es difícil pero puede ser más fácil si mejoramos el punto de ajuste emocional de nuestro cerebro. A menudo, un punto de ajuste se codifica por una experiencia adversa en la vida temprana y causa una sobrecarga de estrés crónico en el cerebro emocional, que nos conduce a recuperar el peso.
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La solución es mover el punto de ajuste emocional, sacamos el estrés crónico del cerebro emocional, por ello el programa ECE está dirigido a elevar el punto de ajuste, de esta forma los participantes son mas resistentes a las nuevas situaciones estresantes, menos propensos a recuperar el peso perdido y lo mejor de todo, a disfrutar más de sus experiencias en su vida diaria.
¿Realmente está bien comer alimentos que han caído al suelo?
El artículo ‘¿Quieres perder peso? Entrena el cerebro, no el cuerpo‘ ha sido traducido por Ciencia Today, la autora original es Laurel Mellin, Profesora Asociada de Medicina Familiar y Pediatría, Universidad de California, San Francisco. Este artículo ha sido publicado originalmente en “The Conversation“. Aquí puedes leer el artículo original en inglés.
