Si te estás preguntando qué es el ciclo de Cori, has llegado al sitio correcto. Hoy veremos en profundidad de qué se trata el ciclo, cuál es su finalidad, y por qué es tan importante para el funcionamiento de nuestros músculos. En pocas palabras, el ciclo puede definirse como el intercambio cíclico de glucosa y lactato entre las células musculares y el hígado. Pero veamos con más detalle en qué consiste el ciclo de Cori.
Para entender mejor el ciclo de Cori, es necesario tener claros una serie de conceptos sobre cómo obtienen energía las células. Las células musculares, al igual que todas las células de nuestro cuerpo, utilizan la glucosa para obtener energía para funcionar. Las células metabolizan la glucosa, mediante un proceso denominado glucolisis, para convertirla en ATP (Adenosin trifosfato), que es la principal fuente de energía.
Pero para que este proceso de obtención de energía funcione, las células necesitan oxígeno. Y en determinadas circunstancias, sobre todo cuando llevamos a cabo una actividad física intensa, las células no reciben el aporte suficiente de oxígeno. Y lo que ocurre en estos casos, es que en vez de producirse ATP se produce ácido láctico, mediante un proceso conocido como fermentación láctica.
El ciclo de Cori participa en la homeostasis de la glucosa
En condiciones normales, el ácido láctico puede ser neutralizado en el interior de la célula, pero cuando se produce en grandes cantidades, su acumulación puede ser perjudicial para la célula, y aquí es donde entra en juego el ciclo de Cori. El primer paso de este ciclo consiste precisamente en sacar el ácido láctico de las células y transportarlo hacia el hígado. El segundo, ocurre en el hígado y se basa en convertir el ácido láctico en glucosa, mediante la gluconeogénesis.
Diagrama que representa el Ciclo de Cori. Fuente: Ciencia Today
La nueva glucosa producida puede ser de nuevo transportada hacia los músculos, sin embargo, si los requerimientos energéticos por parte del tejido muscular han cesado, la glucosa puede almacenarse o ser transportada hacia otros tejidos que la necesiten. Dando por concluido el ciclo de Cori, que también recibe el nombre de ciclo del Ácido Láctico.
El ciclo de Cori es muy importante a nivel fisiológico porque interfiere en la homeostasis de la glucosa. Es la base del reciclaje del ácido láctico que se produce en las células, gracias a este ciclo puede obtenerse glucosa de nuevo. Además, tiene una función importante regulando el equilibrio ácido-base, ya que hace que la producción neta de ácido láctico sea mínima, previniendo la acidosis láctica, muy perjudicial para el organismo.
Pero el ciclo de Cori tiene otra función muy importante ya que contribuye en la distribución de la glucosa alrededor de todos los tejidos musculares. Tras realizar una actividad física intensa, el músculo ha gastado todas sus reservas de energía y estas necesitan ser repuestas. Gracias a toda la glucosa que se produce en el hígado a partir del ácido láctico, esta puede ser repartida entre los diferentes tejidos musculares, de esta forma, el ciclo de Cori ayuda en la distribución homogénea de la glucosa.
Alteraciones tanto a la baja como al alza en el ciclo de Cori pueden tener graves consecuencias para el organismo. Una alteración en el funcionamiento del ciclo de Cori supone, en el caso de que el proceso se vea ralentizado: una excesiva acumulación de ácido láctico en los músculos, provocando una acidosis metabólica. Y en el caso de que su actividad se vea aumentada, significará un elevado gasto energético por lo que se padecerá deficiencia energética.
El ciclo de Cori fue descrito por primera vez en el año 1947 por el matrimonio Cori, de ahí su nombre. Carl Ferinand Cori y Gerty Cori ganaron el Premio Nobel de Medicina y Fisiología ese año por sus múltiples descubrimientos sobre el metabolismo del glucógeno.
