SALUD

Realmente se puede morir de un corazón roto, según la ciencia

Autor original: Nelson Chong, Universidad de Westminster. Cuando pensamos en un corazón roto, es probable que imagines algo salido de una película romántica o un corazón de dibujos animados agrietado como una pieza de porcelana. De hecho, el llamado «síndrome del corazón roto» se ha fabricado un lugar en la cultura popular y se ha utilizado de forma elocuente en muchas películas. Sin embargo, aunque se pueda sentir ‘angustia’ durante los períodos de agitación emocional, ¿se puede realmente morir de un corazón roto?

La respuesta nunca será simple, así que empecemos por un poco de ciencia. En las dos últimas décadas, la fibrilación auricular (FA), una patología cardíaca que causa latidos irregulares del corazón, se ha convertido en uno de los problemas más importantes de salud pública y una causa importante de aumento de los costes sanitarios en los países occidentales.

Las personas con FA tienen cinco veces más riesgo de sufrir un accidente cardiovascular y dos veces más riesgo de muerte. Se estima que habrá entre 14 y 17 millones de pacientes con FA 1 en Europa en 2030; con 120.000-215.000 casos nuevos diagnosticados cada año. En Estados Unidos, se estima que la prevalencia de la FA aumentará de 5,2 millones en 2010 a 12,1 millones de casos en 2030.

Fuente: Pixabay

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La causa exacta de la FA sigue sin resolverse y es probable que implique múltiples componentes, tales como factores genéticos y ambientales. La fibrilación auricular es una condición progresiva, por lo que la arritmia comienza en una forma de repente, ‘inicio repentino’, progresando a través de ‘persistente’ y acaba en FA ‘permanente’. Estos pasos tardan muchos años en desarrollarse, y un elemento esencial en esta progresión son los llamados «disparadores», que puede ser cualquier cosa que empeore la enfermedad, como la fatiga, el alcohol, la cafeína y el estrés emocional.

Duelo y corazones rotos

Pero, ¿qué tiene esto que ver con un corazón roto? Pues bien, parece que los dos están vinculados. En un reciente artículo publicado en la revista on line «Open Heart«, un equipo de investigadores daneses, junto a la Universidad de Aarhus reportó hallazgos que muestran que la muerte de un ser querido está vinculada a un mayor riesgo de desarrollar FA durante un máximo de un año después del duelo.

Este estudio retrospectivo examinó los registros hospitalarios de 88.612 personas en Dinamarca (19,72% de los cuales habían perdido a una pareja) y personas que fueron diagnosticados con FA por primera vez entre 1995 y 2014. Para comparar, el equipo también seleccionó al azar un grupo de control (sin FA) de 886.120 personas (19,07% de los cuales habían perdido a una pareja). También se controlaron otros factores como el estado civil y la educación recibida, y si los sujetos tenían alguna enfermedad cardiovascular, diabetes o estaban tomando algún tipo de medicación.

El estudio reveló que aquellos individuos cuyos cónyuges habían fallecido tenían un mayor riesgo de contraer FA dentro de los 30 días del duelo, un riesgo estimado un 41% superior a la media.

El riesgo era más alto entre los 8 y 14 días después de la pérdida (un 90% superior a la media) y disminuía gradualmente hasta un nivel cercano al de la población que no está en duelo después de un año. Este riesgo fue mayor entre las personas menores de 60 años y entre aquellos cuya muerte había llegado de forma inesperada. Curiosamente, donde las muertes se habían producido por problemas de salud, no había aumento en el riesgo de FA en las parejas después de la pérdida.

Fuente: Pixabay

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Los principales puntos fuertes de este estudio son el tamaño de la muestra y el diseño basado en la población, pero es un estudio observacional y no pueden probar la causa o el efecto. Otros factores contribuyentes, como el estilo de vida o los antecedentes familiares de FA podrían haber afectado a los resultados, algo que los autores han reconocido.

Lo que habría proporcionado una visión más clara de este estudio habría sido controlar los biomarcadores sanguíneos (que indican daño del corazón) o las hormonas del estrés (como la adrenalina) durante el ingreso hospitalario, o si existían otros problemas cardíacos más graves, como una insuficiencia cardíaca, lo que habría sido detectable con el uso de una ecocardiografía.

Los orígenes de un corazón roto

Los hallazgos científicos acumulados durante los últimos 25 años parecen apoyar la idea de que un corazón roto en la vida real puede conducir a problemas cardiacos posteriores. El «Síndrome del corazón roto», también conocido como la cardiomiopatía inducida por estrés o miocardiopatía de Takotsubo, fue descrita por primera vez en 1990 en Japón y recientemente ha sido reconocido a nivel mundial como una condición médica real.

Cabe señalar aquí que, sin ecocardiografía, marcadores de la sangre y otras pruebas, no podemos decir con seguridad si los de la cohorte danesa publicada tenían «síndrome del corazón roto» o no. Sin embargo, más o menos de acuerdo con las condiciones descritas en el estudio danés, la cardiomiopatía Takotsubo empieza de forma abrupta e impredecible (incluso en individuos sanos). Los síntomas engloban dolor en el pecho, a menudo con falta de aire, y un electrocardiograma anormal, que se asemeja a un ataque al corazón, pero se nota por la ausencia de vasos sanguíneos bloqueados.

Fuente: Pixabay

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De hecho, el síndrome de Takotsubo representa aproximadamente entre el 2-5% de los casos de ataques cardíacos observados por los médicos, con una predilección mayor para las mujeres mayores de 50 años de edad (sólo el 10% en los hombres). La importancia de la miocardiopatía de Takotsubo se refleja en el hecho de que existe un registro internacional para este trastorno.

Lo que es interesante es que la cardiomiopatía de Takotsubo generalmente se desencadena por un evento estresante emocional o físicamente, como el duelo, una cirugía mayor o por estar involucrado en un desastre natural, como un terremoto. Los mecanismos exactos que conducen a la cardiomiopatía de Takotsubo son desconocidos pero algunas evidencias sugieren que podría deberse a una liberación excesiva de hormonas del estrés, como la adrenalina, que actúa como un disparador durante la aparición inicial ya que promueve el debilitamiento del músculo del corazón.

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De hecho, las emociones fuertes no tienen por qué ser negativas, el ‘Síndrome del Corazón Feliz’ se inicia por los acontecimientos felices, como el nacimiento de nietos o un cumpleaños, y representa un 1,1% de los casos de síndrome del corazón roto.

Los efectos a largo plazo de la cardiomiopatía de Takotsubo no están claros, pero parece ser temporal y reversible. Sin embargo, lo cierto es que sí que podemos tener el corazón roto, e incluso para algunos puede resultar muy peligroso.The Conversation

El artículo ‘Realmente se puede morir por un corazón roto, dice la ciencia‘ ha sido traducido por Ciencia Today, el autor original es Nelson Chong, Profesor Titular del Departamento de Ciencias de la Vida, Universidad de Westminster. Este artículo ha sido publicado originalmente en “The Conversation“. Aquí puedes leer el artículo original en inglés.

 

Realmente se puede morir de un corazón roto, según la ciencia
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