Las plantas superiores forman unas pequeñas estructuras que se conocen con el nombre de yemas axilares y se encuentran en la base de las hojas. Estas yemas son como una versión comprimida de la rama y sólo se activan y comienzan a crecer cuando las condiciones ambientales y las condiciones internas de la propia planta son favorables. Una nueva investigación se centra en explicar cómo decide una planta cuándo crecer y cuándo entrar en reposo.
El trabajo ha sido publicado en la revista científica «Frontiers in Plant Science» y en ella se explica como los genes activados por la carencia de nutrientes (conocidos como genes del ayuno de carbono) están relacionados con el futuro de la yema: comenzar a crecer o bien aguardar hasta el momento en el que las condiciones sean más convenientes.
Según los investigadores del Centro Nacional de Biotecnología del CSIC (CNB-CSIC), este comportamiento se asemeja mucho al de cualquier otra célula animal, vegetal o de una levadura que tenga poco azúcar libre. Si hay pocos nutrientes, la célula detiene su desarrollo.
El estado de reposo permite que las plantas se adapten a condiciones desfavorables
Para las plantas, que las yemas permanezcan en estado ‘durmiente’ permite que las plantas resistan a la sequía, a un suelo pobre, a poca luz o bien a cualquier otra situación desfavorable. De hecho, las plantas leñosas conservan yemas en reposo desde el final del verano hasta la siguiente primavera.

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Según explica Pilar Cubas, investigadora del CNB-CSIC, “en yemas axilares, esta manifestación genética ocurre incluso antes de que el azúcar sea escaso. Es suficiente que la planta anticipe una situación en la que padecerá un ayuno de azúcar (días cortos, mucha luz infrarroja, etcétera) a fin de que las yemas entren en modo ahorro y traten de no gastar más de lo rigurosamente necesario”.
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Este trabajo se ha efectuado sobre una especie herbácea (Arabidopsis thaliana) y 2 leñosas (álamo y parra). “El patrón de genes activos en las yemas en reposo de estas 3 especies tan diferentes coincide. Esto nos señala que son genes evolutivamente muy preservados, y con un papel fundamental en el estado de reposo de las plantas superiores”, agrega Cubas.
La capacidad de entrar en reposo les permite colonizar nuevos hábitats
En el estudio han participado tanto especialistas en el desarrollo de las plantas como bioinformáticos. Juntos han identificado los genes comunes que inducen el estado yacente de las yemas en las distintas especies.
“Ahora tratamos de comprender de qué manera se relacionan la percepción de las señales que dejan a las plantas anticiparse ante los tiempos de escasez de carbono y energía, con las respuestas del modo ahorro que se encienden en la yema axilar en esa situación”, concluye Cubas.
Los científicos creen que esta capacidad ha hecho posible que las plantas colonicen hábitats con condiciones fluctuantes en las que no sería posible un desarrollo continuado. Estad atentos porque os iremos informando sobre los nuevos avances respecto a cómo decide una planta cuándo crecer y cuándo entrar en reposo.
