Científicos han descubierto que una especie de oruga que ha sido criada normalmente como cebo para pesca tiene la capacidad de biodegradar el polietileno. Este es uno de los plásticos más utilizados en el mundo porque es el que suele utilizarse para fabricar las bolsas de plástico.
El gusano de cera (Galleria mellonella) vive de forma natural como parásito en las colonias de abejas. Las polillas ponen los huevos dentro de las colmenas y los gusanos se desarrollan en la cera de abeja, de ahí su nombre.
De hecho, este descubrimiento se ha dado gracias a que la investigadora principal del estudio tiene como afición la apicultura. Federica Bertocchini es una apicultora aficionada que tras limpiar sus panales introducía los gusanos de cera que se iba encontrando en bolsas de plástico. Curiosamente vio que las bolsas de plástico en las que introducía los gusanos tenían multitud de agujeros.
Los gusanos de la cera han demostrado la mayor tasa de biodegradación hasta el momento
Tras este descubrimiento comenzaron los experimentos. Colocaron alrededor de un centenar de gusanos de cera en una bolsa de plástico y fueron observando qué hacían los gusanos. Después de 40 minutos comenzaron a aparecer agujeros en la bolsa y después de 12 horas había desaparecido una quinta parte de la masa de la bolsa.
Según los científicos esta tasa de degradación es muy alta en comparación con otros descubrimientos recientes de degradación de plástico, como el que ya os contamos de las bacterias que utilizaban el plástico como alimento. En ese caso, las bacterias eran capaces de eliminar 0.13 mg de plástico en 24 horas. En este caso, estamos hablando de que los gusanos podrían eliminar 1.8 gramos de plástico en 24 horas.
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El científico Paolo Bombelli que también participó en el estudio dijo: «Si una sola enzima es la responsable de este proceso químico, su reproducción a gran escala utilizando métodos biotecnológicos debe ser alcanzable. Este descubrimiento podría ser una herramienta importante para ayudar a deshacerse de los residuos de plástico acumulados en los vertederos y los océanos«.
El polietileno es ampliamente utilizado para fabricar envases y bolsas de plástico. Representa el 40% de la demanda total de productos de plástico sólo en Europa. Personas de todo el mundo utilizan alrededor de un billón de bolsas de plástico cada año.
Esta degradación del plástico podría ser debida a la similitud que existe entre la cera y el polietileno
Si bien el detalle molecular de esta biodegradación requiere una mayor investigación, los investigadores sostienen que es muy probable que la cera de abeja en la que viven los gusanos y el polietileno impliquen la ruptura de enlaces químicos similares. «La cera es un polímero, una especie de ‘plástico natural’ y tiene una estructura química no muy diferente al polietileno«, afirma Bertocchini.
«La oruga produce alguna sustancia que rompe el enlace químico, o en sus glándulas salivales o mediante alguna bacteria simbiótica que vive en su intestino. Los pasos a seguir para nosotros es tratar de identificar los procesos moleculares de esta reacción para ver si podemos aislar la enzima responsable«.
«Tenemos pensado poner en práctica este hallazgo para encontrar un forma viable de deshacernos de todos los residuos plásticos. Trabajaremos para encontrar una solución que salve nuestros océanos, ríos y todo el medio ambiente de las consecuencias inevitables de la acumulación de plástico«, añade Bertocchini.
Con estas orugas que comen plástico estamos ante otro ejemplo en el que la naturaleza podría salvarnos al darnos la respuesta para la biodegradación del plástico.