Aunque parezca mentira, no todas las serpientes ponen huevos, en realidad solo el 70% de las especies lo hacen. Aunque sean reptiles, las serpientes tienen diferentes formas de traer a la vida a sus crías. De hecho, los ofidios, así es como también se conoce a las serpientes, se dividen en tres subórdenes diferentes según el tipo de desarrollo embrionario y parto que tengan.
Así pues, nos encontramos con serpientes ovíparas, que quizás son las más conocidas por todos, éstas ponen huevos en cuyo interior se desarrollará el embrión. Una Pitón es un ejemplo claro de este tipo de ofidios, en su caso vigila los huevos que pone hasta que eclosionan.
El clima en el que viven las serpientes influye en su desarrollo embrionario
El segundo tipo son las serpientes vivíparas cuyos embriones se desarrollan completamente en el interior de la madre, por lo que estas hembras generan placentas para dar soporte vital a los fetos hasta el nacimiento. La Boa Constrictor y la Anaconda Verde, dos grandes muy conocidas por su capacidad de estrangular a sus presas son ejemplos de reptiles vivíparos.
Por último, están las serpientes ovovivíparas, aunque no son las únicas con este tipo de desarrollo embrionario, existen tiburones y algunos peces que también son ovovivíparos. En este caso, los embriones se desarrollan en el interior de un huevo pero este permanece en el interior de la hembra y eclosiona justo antes del parto o justo después. Las víboras, por ejemplo, tienen este tipo de parto.
Las serpientes ponedoras tienden a vivir en climas más cálidos, mientras que las que son vivíparas u ovovivíparas suelen habitar zonas con ambientes más fríos en los que el suelo no es lo suficientemente caliente como para incubar los huevos.
A continuación te dejamos un vídeo que hemos encontrado en la red, en el que puede verse cómo da a luz una serpiente a diferentes crías.
¿Te habías imaginado el parto de una serpiente así?