Si eres de los que siempre guarda los tomates en la nevera, tenemos que contarte por qué no debes hacerlo. Erróneamente podemos pensar que si no conservamos los tomates en frío estos pueden estropearse, pero nada más lejos de la realidad. Un estudio ha revelado que los tomates tienen un sabor peor cuando han sido refrigerados.
Seguro que tu mismo has apreciado muchas veces la gran diferencia que existe entre comprar un tomate en la frutería que comprarlo en un supermercado. Bien, pues ahora ya sabes por qué esa diferencia. Los tomates que se venden en los supermercados o en las grandes superficies, a parte de que se recogen verdes, a menudo han sido refrigerados para retrasar su proceso de maduración y evitar que se pudran.
El sabor tan característico que tiene el tomate es debido a una combinación de azúcares, ácidos, aminoácidos y ésteres. Estudios anteriores ya habían demostrado que algunos de estos compuestos se pierden cuando se introducen los tomates en la nevera, lo novedoso de esta última investigación es que han estudiado a nivel molecular qué ocurre con los tomates cuando los metemos en la nevera.
Poner los tomates dentro de la nevera inhibe la expresión de los genes responsables de su sabor
Para el estudio, se almacenaron los tomates en la nevera a 5ºC durante 8 días. Posteriormente se analizaron los cambios en su expresión genética y vieron cómo las bajas temperaturas interfieren en la expresión de ciertos genes que codifican para aquellas sustancias que confieren el sabor a los tomates.
El estudio ha sido publicado en la revista científica «Proceedings of the National Academy of Sciences» y en él han comprobado cómo efectivamente, el frío es capaz de inhibir la expresión de los genes relacionados con su sabor. Además, se ha comprobado como no se recuperan, es decir, una vez introducidos en la nevera aunque después los coloquemos en un lugar más cálido, la expresión no se recupera, por lo que estos tampoco recuperan su sabor.
Es importante saber que también se hizo la prueba de almacenar tomates en la nevera por periodos más breves, como por ejemplo, durante tres días. En este caso, los tomates seguían manteniendo su sabor y su expresión genética no se había modificado. Lo cual nos indica que podemos mantener los tomates en la nevera durante cortos periodos de tiempo antes de echarlos a perder.
Es importante conocer todos los mitos sobre la conservación de los alimentos para conseguir mantener nuestros alimentos frescos el mayor tiempo posible. Y ahora que ya sabes por qué no debes guardar los tomates en la nevera, quizás te apetece sabes qué alimentos con moho puedes consumir y cuáles debes tirar inmediatamente a la basura.