Hoy os traigo un dilema que ha rondado por mi cabeza durante toda mi existencia. ¿Me mojo más si voy corriendo cuando llueve? ¿Me mojo igual? Para mojarse menos ¿es mejor seguir andando normal o es más lógico correr hasta nuestro destino? Me ha costado años responder a esta pregunta (si bien tengo que decir en mi defensa que hasta ahora no lo había buscado, simplemente me dedicaba a pensarlo mientras corría o andaba, según tuviera el día, bajo la lluvia).
Curioseando entre los vídeos de ciencia que rondan por YouTube, he encontrado la respuesta. Como siempre, os lo dejaré más abajo porque creo que va bien para hacerse una idea gráfica de lo que os voy a contar.
Si asumimos que salimos de casa (secos) y está lloviendo, pero aún así decidimos seguir nuestro camino, ¿cómo nos mojaremos más? ¿Andando o corriendo? Pues resulta que al ir andando (o corriendo), la cantidad de gotas que nos caen encima son constantes sin importar la velocidad a la que nos movamos (asumiendo que la intensidad con la que llueve no varía, eso ya no depende de nosotros).
¿Cómo crees que nos mojamos más? ¿Corriendo o andando?
Para entender por qué, nos imaginaremos que las gotas de agua se mantienen quietas, suspendidas en el aire, y que en realidad los que nos movemos hacia arriba somos nosotros y el suelo que nos soporta. La cantidad de lluvia que nos cae encima no depende de la velocidad a la que nos movamos horizontalmente, siempre será la misma.
Pero otro factor a tener en cuenta es el agua que nos golpea de lado como consecuencia de nuestro movimiento, es decir, que por el simple hecho de estar en movimiento, nos mojamos más. Así que seguramente estarías más seco si no te movieras, pero como nuestra intención es llegar a nuestro destino, esta opción no la contemplamos.
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Pero resulta que si queremos ir de un punto A a un punto B (una distancia fija), el agua que nos golpeará de lado dependerá de los metros que recorremos y no de la velocidad a la que vamos. Para entenderlo, imagínate un quitanieves, quita la misma cantidad de nieve (del punto A al punto B), aunque vaya a 10 km/h o a 20 km/h. Entonces, sabiendo esto, podemos concluir que vayamos corriendo o andando, la cantidad de lluvia que nos caerá encima será la misma.
Así que si nuestro objetivo es mojarnos lo menos posible lo único que podemos hacer es minimizar la cantidad de lluvia que nos cae encima, básicamente estando menos tiempo bajo ella, y eso sólo se consigue CORRIENDO.