Investigadores de la Universidad Estatal de Washington han llegado a la conclusión de que con la ayuda de la agricultura sostenible, también conocida como agricultura orgánica o ecológica, sería posible alimentar de forma sostenible a la creciente población mundial. Han realizado una extensa revisión de los estudios publicados sobre el tema y consideran que existen evidencias suficientes para afirmar que la agricultura sostenible podría proporcionar suficientes rendimientos, ser rentable para los agricultores, proteger y mejorar el medio ambiente e incluso llegar a ser más seguro para los trabajadores agrícolas.
El reciente estudio, publicado en la revista científica «Nature Plants«, se titula «Agricultura Orgánica en el Siglo XXI» y ha sido escrito por el profesor John Reganold y el estudiante de doctorado Jonathan Wachter. Es el primer estudio que analiza en profundidad 40 años de investigación sobre comparaciones entre agricultura ecológica y convencional.
La agricultura ecológica ocupa solo un 1% de la superficie agrícola mundial
El análisis se ha realizado bajo los cuatro objetivos de sostenibilidad marcados por la Academia Nacional de Ciencias: la productividad, la economía, el medio ambiente y el bienestar de la comunidad. Actualmente, sólo un 1% de la superficie agrícola mundial corresponde a la producción orgánica, y eso que es ahora cuando más está creciendo el sector.
Son muchos los que han criticado que la agricultura orgánica es ineficiente y que se requieren más recursos para producir las mismas cantidades de alimento. Algo que no es del todo cierto, pues está demostrado que en condiciones de sequía severa, condiciones que se espera que vayan en aumento debido a las consecuencias del cambio climático, los cultivos orgánicos tienen el potencial de producir altos rendimientos debido a la mayor capacidad de retención de agua que tienen este tipo de suelos de cultivo.
Además, aunque los rendimientos, a priori, puedan parecer más bajos, la agricultura orgánica es más rentable para los agricultores, ya que los consumidores están dispuestos a pagar más. Los precios elevados pueden justificarse como una forma de compensar a los agricultores por el cuidado del medio ambiente y de los ecosistemas.
También han unificado los beneficios ambientales que proporciona la agricultura orgánica:
- Tienden a almacenar más carbono en el suelo, por lo que la calidad de la tierra es mejor y se disminuye la erosión del suelo.
- Genera menos contaminación, tanto del suelo como del agua y las emisiones de gases invernadero son menores.
- Se asocia con una mayor biodiversidad de plantas, animales, insectos y microbios, así como una mayor diversidad genética, esto supone una mejora en la capacidad de los sistemas agrícolas para adaptarse a las condiciones cambiantes.