Autora original: Belinda Lennerz, Universidad de Harvard. La mayoría de las personas tenemos un gran deseo de mantenernos en un peso normal, pero en muchos países desarrollados, sólo unos pocos lo logran. Una reciente investigación ha proporcionado ciertas pistas sobre por qué la comida procesada nos hace comer más.
En teoría, bajar de peso es algo tan simple como reducir el número de calorías consumidas. Pero la mayoría de las personas siguen comiendo en exceso impulsados por una tentación constante.
Aunque muchos sostienen que mantener un peso saludable es una responsabilidad individual, la amplia disponibilidad de alimentos sabrosos pero altamente procesados proporciona una tremenda tentación para comer en exceso a la que muchos simplemente no pueden resistirse.
¿Eres adicto a la comida?
Debido a esta incapacidad para resistirnos a según qué tipo de comidas, los investigadores han decidido probar si ciertos tipos de alimentos pueden provocar adicción.
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Aunque algunos expertos argumentan que no podemos ser adictos a la comida porque comer es algo esencial para la vida, la gente actualmente come por muchas otras razones no relacionadas con sus necesidades energéticas diarias. Muchos comen por estrés, frustración o placer.
Nos encanta la comida precocinada; Pero ¿Cómo afecta a nuestra salud?
Los investigadores querían saber si estos comportamientos relacionados con la comida se perpetúan con alimentos altamente procesados, especialmente aquellos que tienen un alto índice glucémico. Los alimentos con alto índice glucémico son aquellos que incluyen almidones refinados y altas concentraciones de azúcar, de tal manera que causan un rápido incremento y una posterior caída del azúcar en sangre después de su consumo.
Por lo general, el azúcar en sangre cae por debajo del nivel de ayuno a las pocas horas de una comida con alto índice glucémico, causándonos hambre, lo que nos lleva a comer en exceso.
Por el contrario, los alimentos que tienen un índice glucémico bajo, tales como las frutas enteras, las verduras, las legumbres y los granos mínimamente procesados, producen relativamente poca fluctuación de azúcar en la sangre, y nos sacian por más tiempo.
La investigación
El objetivo de la investigación era comprender cómo los carbohidratos altamente procesados pueden causar tal necesidad de comer en exceso. ¿Es sólo cuestión de los niveles de azúcar en sangre? ¿o podría jugar un papel el sabor de los alimentos altamente procesados?
Con el fin de responder a estas preguntas, se crearon dos tipos de batidos diferentes, uno con alto y otro con bajo índice glucémico. En lo demás, los batidos eran idénticos, mismas calorías, mismos macronutrientes y mismo sabor.
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Se invitó a 12 hombres sanos pero con sobrepeso a participar en la investigación y se les dio a probar los batidos en orden aleatorio. Cuatro horas después, los participantes que recibieron el batido con alto valor glucémico tuvieron más hambre que los que consumieron el batido con bajo índice glucémico.
Los investigadores también realizaron una resonancia magnética a todos los participantes y las imágenes revelaron una intensa activación del núcleo accumbens, una área del cerebro relacionada con el placer de la comida, la recompensa y el deseo.
Patrones de activación de este núcleo cerebral se han detectado en personas tras el consumo de sustancias adictivas tales como la heroína o la cocaína.
Esto quiere decir
Los resultados de la investigación sugieren que sí es posible ser adicto a la comida.
Aunque los alimentos son necesarios para la vida, comemos por razones muy diferentes a nuestras necesidades energéticas diarias. Cuando comer en exceso se convierte en un patrón difícil de romper, se dice que alguien es adicto a la comida.
Otros estudios previos sobre la adicción hacia la comida han comparado la actividad cerebral que generan los alimentos sabrosos y han relacionado los comportamientos adictivos con el placer y la recompensa que las personas experimentan después de comer.
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Pero estos estudios por lo general, comparan groseramente diferentes alimentos, por ejemplo, comparan el pastel de queso con las verduras, por lo que existe la posibilidad de que lleven a confusión. Esto significa que la adicción pueden ser causada por cualquier propiedad de los alimentos, como su apariencia o el sabor, la preferencia de un sujeto hacia ciertos alimentos o el número de calorias consumidas.
En este estudio, se han eliminado estos factores de confusión por lo que los autores han llegado a la conclusión de que el índice glucémico puede afectar de forma independiente al hambre y a la tendencia de comer en exceso. Se necesita más investigación para examinar en profundidad la relevancia de estas conclusiones en el tratamiento de las adicciones a la comida y la obesidad.
¿Realmente está bien comer alimentos que han caído al suelo?
Pero el hecho de que una propiedad de los alimentos pueda afectar a los centros de adicción en el cerebro, independientemente de las calorías o el placer, proporciona una base para rehacer las recomendaciones dietéticas actuales.
La obesidad es una condición muy difícil de tratar, pues las restricciones en la dieta a menudo no se pueden mantener a largo plazo. Cualquier ayuda que una persona pueda recibir para mantener un equilibrio saludable de energía será valioso. Esta línea de investigación podría ser muy útil para los nuevos e individualizados enfoques hacia un peso saludable.
El artículo ‘Adicción a la comida: Cómo la comida procesada nos hace comer más‘ ha sido traducido por Ciencia Today, la autora original es Belinda Lennerz, del Departamento de Endocrinología Pediátrica de la Universidad de Harvard. Este artículo ha sido publicado originalmente en “The Conversation“. Aquí puedes leer el artículo original en inglés.
