Los monos aulladores son aproximadamente del tamaño de un perro pequeño y suelen pesar alrededor de 7 kilos, sin embargo, son unos de los animales con el rugido más fuerte del planeta ya que pueden llegar a rugir a una frecuencia acústica parecida a la de los tigres.
La evolución ha proporcionado a estas criaturas un sistema vocal complejo y de gran alcance. Para los machos, sin duda, el rugido es un comportamiento crítico para el apareamiento ya que les sirve para atraer a las hembras y a la vez para ahuyentar a los machos rivales.
En términos de reproducción, no se puede tener todo
Pero según pone de manifiesto un nuevo estudio, los monos aulladores masculinos no han sido igualmente dotados, las investigaciones han determinado que el tamaño del hueso hioides, que es el hueso de la garganta que permite el rugido gutural de estos animales, es inversamente proporcional al tamaño de los órganos reproductivos.
O lo que es lo mismo, cuanto más grande es el hueso hioides de estos animales, lo que se traduce en una gran capacidad para rugir, más pequeños son sus testículos y por lo tanto menos espermatozoides producen.
Los investigadores han encontrado que esta compensación corresponde con los diferentes sistemas de apareamiento que existen entre las diversas especies de monos aulladores: aquellos machos con gran capacidad aulladora pero testículos diminutos viven en pequeños grupos sociales en los que normalmente solo está un macho presente que domina a un número pequeño de mujeres.
«Las cuerdas vocales de un mono aullador son tres veces más grandes que las del ser humano»
Sin embargo, aquellos machos con los testículos más grandes y con el hueso hioides pequeño viven en grandes grupos en los que hay hasta 6 machos, por lo que las hembras se aparean con todos los machos del grupo y ninguno de estos tiene acceso exclusivo a una hembra. En este caso, la batalla de la reproducción se orienta más hacia la competencia de esperma, donde la cantidad y la calidad de los espermatozoides son muy importantes.
El Doctor Jacob Dunn, de la Universidad de la División de Antropología Biológica de Cambridge, quien ha dirigido el estudio comenta: «Existen evidencias en la naturaleza de otros animales que al poseer grandes cuerpos, colores brillantes o grandes colmillos, son incapaces poseer también buenas características reproductivas. Sin embargo, esta es la primera evidencia de una especie que tiene esta relación inversa entre la capacidad vocal y la producción de esperma«.
Os dejamos un vídeo en el que podréis escuchar el asombroso rugido que son capaces de producir estos animales:
https://www.youtube.com/watch?v=4wLlUtU8ipY
«Puede ser que la inversión en el desarrollo de un órgano vocal muy potente sea tan elevada que simplemente no exista suficiente energía para invertir en los testículos. Por otra parte, el uso de un gran órgano vocal para rugir puede ser tan eficaz en la disuasión de los machos rivales que no exista la necesidad de tener unos grandes testículos«.
«Las cuerdas vocales de un mono aullador son tres veces más grandes que las de un ser humano, sin embargo, estos monos son diez veces más pequeños que nosotros, está claro que el hueso hioides de estos animales se ha adaptado para poder producir sonidos extravagantes y poder exagerar su tamaño».
La nueva investigación de Cambridge sigue mostrando lo preciso que fue Darwin cuando escribió «El origen de las especies», pues dijo: «Todo organismo está tan ligado que cuando se producen ligeras variaciones en una parte, y se acumulan a través de la selección natural, otras partes se modifican».