Científicos desarrollan una vacuna para la gripe que no necesita aguja ni jeringa. Con una especie de parche formado por microagujas se ha conseguido administrar una dosis de la vacuna contra la gripe capaz de generar una respuesta inmune igual que la de la vacuna convencional.
El ensayo clínico ha sido publicado en la revista científica «The Lancet» y en el artículo se explica como el parche puede ser una forma útil de administrar una vacuna sin tener que recurrir a la aguja y la jeringa. La vacuna se mantiene estable a temperatura ambiente durante un año, por lo que no necesita refrigeración para su conservación.
Esto supone una gran ventaja porque pronto podríamos ir a la farmacia a comprar la vacuna de la gripe y administrárnosla fácilmente en casa sin la ayuda de ningún profesional de la salud. Algo que sin duda mejoraría las tasas de vacunación. Además de que la vacuna sería mucho más fácil de distribuir, almacenar y administrar en aquellos países en vías de desarrollo que cuentan con menos medios y personal facultativo.
Un parche indoloro para vacunar contra la gripe
El parche tiene el aspecto de una tirita por su cara externa y por la interna está formado por unas 100 microagujas en forma de cono que miden menos de 0,5 mm. Estos conos están compuestos de alcohol polivinílico, azúcar y el compuesto de la vacuna.
A priori, la aplicación tiene que ser en la parte posterior de la muñeca y cuando las microagujas penetran en la capa externa de la piel se van disolviendo. Algunos de sujetos que han formado parte del ensayo clínico han descrito la aplicación como cuando te apoyas un trozo de velcro sobre la piel, que notas unos ligeros pinchazos, como un picor.
Para el ensayo clínico se reclutaron 100 adultos sanos que no habían recibido la vacuna de la gripe después de 2014. Los participantes se distribuyeron en diferentes grupos, algunos recibieron la vacuna de la forma convencional, otros recibieron el parche con la vacuna, otros el parche sin la vacuna, algunos se pusieron ellos mismos el parche, otros recibieron el parche mediante la aplicación por un enfermero, y así diferentes grupos.
A pesar de las diferencias en la administración, todos los participantes experimentaron los efectos secundarios leves típicos después de la vacunación frente al virus de la gripe, como náuseas, fatiga o dolor de cabeza. Aquellos que recibieron la dosis convencional (con aguja y jeringa), también reportaron cierto dolor en la zona de aplicación, a diferencia de aquellos que recibieron la vacuna mediante uno de los parches, que tan sólo describieron un ligero picor.
Ahora que ya se ha comprobado que este método de vacunar contra la gripe a través de un parche funciona, es cuestión de tiempo que se realicen nuevas pruebas con otro tipo de vacunas como la de la poliomelitis, con el fin de ayudar a su erradicación.