Hace más de 30 años que se cultivan organismos modificados genéticamente (OMG), también conocidos como cultivos transgénicos, pero siempre han estado rodeados de una gran polémica. Ahora, gracias a un nuevo informe realizado por científicos estadounidenses se ha confirmado que los cultivos transgénicos no suponen un riesgo para la salud ni para el medio ambiente.
Para conseguir un cultivo transgénico se utilizan técnicas de ingeniería genética mediante las cuales se consiguen crear plantas con unas características muy concretas. Algunas de las modificaciones genéticas que se producen permiten obtener cultivos con una mayor vida útil, con una mayor resistencia a enfermedades y a plagas, etc.
Tras examinar más de 900 estudios realizados sobre el desarrollo y las consecuencias del uso de organismos modificados genéticamente, el Comité de Expertos de la Academia Nacional de Ciencias, Ingeniería y Medicina de Estados Unidos, ha concluido que no existen diferencias en cuanto al riesgo para la salud entre los cultivos tradicionales y los cultivos transgénicos.
La utilización de cultivos transgénicos ha disminuido las intoxicaciones por pesticidas
Los investigadores buscaron concienzudamente entre los diferentes estudios realizados para encontrar pruebas que pudieran asociar el consumo de OMG con alguna enfermedad o condición crónica, pero no fue así. De hecho, se ha encontrado que los cultivos transgénicos que son resistentes a las plagas de insectos sí han aportado ciertos beneficios al ser humano, ya que han permitido reducir la utilización de herbicidas, y como consecuencia también han disminuido las intoxicaciones a causa de pesticidas.
Además, algunas de las últimas modificaciones genéticas que se están generando consisten en aumentar el nivel de nutrientes de los alimentos cultivados. Por ejemplo, se está trabajando en un arroz con un mayor contenido en betacarotenos para poder cultivarlo en países en vías de desarrollo y evitar la ceguera y la muerte a causa del déficit de vitamina A.
Mosquitos modificados genéticamente: ¿Seguros para el medio ambiente?
En cuanto a los efectos que pueden tener los cultivos transgénicos sobre el medio ambiente, hay que decir que no ha disminuido la biodiversidad de plantas o insectos en las granjas. Si bien, sí que podemos destacar como inconveniente el hecho de que algunas malas hierbas sean resistentes al glifosato, un herbicida al que deberían ser resistentes los cultivos modificados genéticamente.
Sin embargo, debido a la dificultad de evaluar cambios ambientales a largo plazo, los científicos afirman que es difícil llegar a conclusiones definitivas. En la práctica, las pruebas indican que los agricultores se han beneficiado de los cultivos transgénicos y los expertos consideran que es el producto el que debe regularse, y no la forma mediante la cual se consigue una variante genéticamente distinta pero con unas características productivas mejores.
Y esto viene porque tal y cómo os contábamos, todos los alimentos han sido modificados genéticamente en cierto modo, y nos preguntábamos, ¿dónde trazamos la línea? En algunos países se permite irradiar las semillas para conseguir estas modificaciones genéticas que se pueden conseguir mediante las técnicas de ingeniería genética, sin embargo, sólo las últimas se consideran cultivos transgénicos.
Esto crea ciertas controversias entre las leyes de los diferentes países pero los expertos se reafirman en su postura de que actualmente los cultivos transgénicos no suponen un riesgo para la salud de las personas ni para el medio ambiente.