Después de muchos años, por fin se ha conseguido secuenciar el genoma de la jirafa y de su pariente más cercano, el okapi, de esta forma se han podido conocer los cambios genéticos que hicieron posible que estos animales desarrollaran un cuello tan largo.
Los resultados de la investigación han sido publicados en la revista científica «Nature Communications«. El autor principal del estudio, Douglas Cavener, de la Universidad Penn State, dijo en un comunicado: «La estatura de la jirafa, dominada por su cuello y sus piernas largas, puede llegar a alcanzar los 6 metros de altura, es una proeza extraordinaria de la evolución que ha inspirado asombro durante al menos 8.000 años y ya aparecía en las famosas esculturas de piedra en Dabous, en la República de Nigeria«.
«Los cambios evolutivos necesarios para constituir la imponente estructura de la jirafa y equiparla con las modificaciones necesarias para que pueda realizar un sprint a alta velocidad y sus funciones cardiovasculares lo aguanten han sido una fuente de misterio científico desde 1.800«, dijo Cavener.
El corazón de una jirafa debe ser capaz de bombear la sangre a dos metros de altura
Si lo pensamos, realmente el corazón de una jirafa debe ser capaz de bombear sangre dos metros hacia arriba para llegar a suministrar sangre al cerebro. Esto es posible porque el corazón de las jirafas ha evolucionado tanto como para tener un ventrículo izquierdo inusualmente grande y además, las jirafas tienen la presión arterial dos veces más alta que cualquier otro mamífero.
El Okapi, el pariente más cercano a la jirafa. Fuente: Creative Commons License CCBY-SA 3.0/Raul654
Los investigadores compararon las secuencias de ADN de la jirafa con los de 40 mamíferos diferentes, entre los cuales se encuentra el hombre, para identificar los genes responsables de estas características únicas que poseen las jirafas. «Las secuencias genéticas de la jirafa y el okapi son muy similares porque divergieron de un ancestro común hace tan sólo 11 millones de años, es relativamente poco tiempo si lo miramos en la escala de la evolución«, dijo Cavener.
«A pesar de la estrecha relación evolutiva, el okapi se parece más a una cebra que a una jirafa, pues no tiene la altura de la jirafa ni las mismas capacidades cardiovasculares, sin embargo, la secuencia genética del okapi ofrece una pantalla de gran alcance para identificar los cambios genéticos que hacen únicas a las jirafas«, añadió Cavener.
Existen 70 genes en las jirafas que son los que llevan las modificaciones necesarias para hacer posible la existencia de estos magníficos seres. Estos genes influyen sobre el sistema esquelético, el cardiovascular y el sistema nervioso, todos ellos implicados en que las jirafas posean esas características tan únicas.
Las jirafas tienen el mismo número de huesos que cualquier otro mamífero
Curiosamente, las jirafas tienen el mismo número de huesos tanto en el cuello como en las piernas que cualquier mamífero, lo único que cambia es la longitud y el grosor. «Se requieren al menos dos genes, uno para especificar la región del esqueleto que tiene que aumentar de tamaño y otro gen para estimular el crecimiento», dijo Cavener. Los científicos han identificado qué genes son los responsables de regular ambas funciones.
Grupo de jirafas Masai, Tanzania. Fuente: Doug Cavener
«El más intrigante de estos genes es el FGFRL1, que pertenece a una familia de reguladores implicados en el desarrollo embrionario. En seres humanos y en ratones, las modificaciones de este gen se asocian con graves defectos esqueléticos y cardiovasculares«, dijo Cavener. Otros genes que han cambiado significativamente en las jirafas son los que participan en el metabolismo de los ácidos grasos volátiles que se generan en el intestino durante la fermentación de las plantas ingeridas.
Y es que la jirafa también tiene una alimentación muy peculiar y es come hojas y vainas de acacia que es una planta con un alto valor nutritivo pero que es muy tóxica para el resto de animales. Por lo que los investigadores creen que la capacidad de metabolizar este tipo de plantas también puede haber evolucionado gracias a los cambios que presentan estos 70 genes.
Los investigadores esperan que la publicación de sus investigaciones sobre la jirafa y su biología única puedan llamar la atención sobre esta especie cuyas poblaciones han caído en picado. Los ejemplares de jirafa africana han disminuido en un 40% en los últimos 15 años a causa de la caza furtiva y de la pérdida de sus hábitats. A este ritmo, el número de jirafas podría ser menor a 10.000 a finales de este siglo y de hecho, algunas de las especies ya se encuentran al borde de la extinción.
