Cuando comienza una relación romántica, la pasión no escasea. La emoción de aprender todo acerca de nuestro amado o nuestra amada, compartir nuevas experiencias, y tener un montón de sexo, crean un estado estimulante de deseo y amor romántico. De hecho, numerosos estudios científicos han demostrado que este tipo de amor realmente cambia la química del cerebro, lo que nos convierte temporalmente en adictos a nuestra pareja.
Sin embargo, esta llama se va apagando con el tiempo, y una diferente, y quizá más profunda emoción toma las riendas. Las investigaciones han demostrado que esta llamada «fase de unión» está vinculada a una disminución de las hormonas del «placer», como la dopamina y la serotonina, y un impulso en las «sustancias químicas de unión», como la oxitocina. Teniendo en cuenta estos cambios físicos extremos, es posible que una persona en una relación a largo plazo pueda volver a ser cautivada por su amante, por ejemplo, a tiempo para el día de San Valentín?
Amor en el cerebro
La base fisiológica del amor y el enamoramiento se ha estudiado mucho. En un estudio, los investigadores utilizaron imágenes de resonancia magnética funcional, que mide la actividad cerebral y detecta los cambios en el flujo sanguíneo, para escanear a participantes que recientemente se habían enamorado mientras veían fotos de sus parejas.
Se encontró que, en comparación con ver fotografías de conocidos neutrales, los participantes mostraron una mayor activación en áreas del cerebro, como el área tegmental ventral, rica en dopamina que está asociada con la búsqueda de recompensa y la búsqueda de objetivos, cuando veían fotografías de su amado. Estas mismas regiones del cerebro se activan después de recibir una dosis de cocaína o comer chocolate, lo que sugiere que el amor apasionado produce un «máximo» que buscamos una y otra vez.
Pero como cualquiera que haya estado en una relación a largo plazo sabe, esto rara vez dura. Cuando las parejas comienzan a construir una vida juntos, a estos máximos se suman las dificultades de mantener un hogar, el cuidado de los niños, y las relaciones delicadas con los suegros. Todas estas situaciones crean oportunidades para que los conflictos y las emociones negativas que disminuyen los sentimientos de amor.
Los estudios a largo plazo de parejas demuestran que los sentimientos de satisfacción, la actividad sexual y las muestras de afecto como las felicitaciones o las risas compartidas, decaen con el tiempo, y estos descensos son especialmente pronunciados después de los primeros años de matrimonio y después del nacimiento del primer niño. Aunque la relación de satisfacción tiende a estabilizarse después de estas grandes transiciones, la pasión adictiva que acompaña al enamoramiento, rara vez vuelve plenamente en las relaciones a largo plazo.
Esta realidad puede parecer sombría, pero algunas parejas se las arreglan para mantener el amor apasionadamente a lo largo del tiempo. En otro estudio de imágenes cerebrales, los investigadores reclutaron a participantes que habían estado casados por lo menos diez años y que afirmaban seguir estando locamente enamorados de su cónyuge. Cuando estas personas vieron las fotos de sus parejas, sus cerebros mostraron una fuerte activación de los mismos sistemas de recompensa y de motivación que mostraron las personas del estudio anterior cuando veían las fotografías de su nuevo amor. Entonces, ¿cuál es su secreto?
La trampa de la rutina
Los estudios sugieren que las parejas que mantienen la pasión con el tiempo tienen algo en común: compartir con frecuencia nuevas experiencias con sus parejas.
Es fácil ver por qué esto es crucial. Las parejas a menudo caen en rutinas predecibles: comer en los mismos restaurantes, ceñirse al mismo horario cada día, y realizar siempre las mismas actividades sexuales. Estas rutinas pueden eventualmente conducir al aburrimiento, conocido por ser un formidable enemigo de la pasión. Sin embargo, mediante el intercambio de nuevas experiencias, las parejas pueden sacudir estas rutinas. En otro estudio, los psicólogos sociales establecieron una carrera de obstáculos que tenían que completar juntos. Había un problema: las parejas tenían que completar la carrera mientras estaban atados entre sí de muñecas y tobillos. Los investigadores midieron los sentimientos de satisfacción de las parejas antes y después de completar esta rídicula pero nueva misión.
En comparación con las parejas que completan una actividad más mundana juntas, estos participantes reportaron un aumento en el amor y la sensación de satisfacción después de superar la carrera de obstáculos. Los vídeos de esas parejas, se mostraron a observadores objetivos, que estuvieron de acuerdo en que las parejas que acababan de terminar la carrera de obstáculos mostraron una mayor satisfacción en sus relaciones, ya que mostraron un comportamiento de aceptación de uno hacia el otro y tuvieron conversaciones más íntimas.
Otros experimentos han repetido este hallazgo con diferentes tipos de nuevas actividades. Por ejemplo, las parejas que tenían una conversación íntima con otra pareja que acababan de conocer, comentaban sentirse más cerca de sus propias parejas y aprender más sobre ellas. Estas parejas mostraron incluso un pequeño aumento en la cercanía hasta un mes después de la interacción. Esta investigación sugiere que hacer nuevos amigos puede darle vida a una relación y juntar de nuevo a las parejas.
Compartir nuevas experiencias permite aprender cosas nuevas acerca de nuestra pareja
Compartir nuevas experiencias aumenta los sentimientos de amor porque nos permite aprender cosas nuevas acerca de nuestras parejas y utilizarlas para mejorar nuestra comprensión de nosotros mismos, un proceso que los psicólogos denominan auto-expansión. Mientras tanto, la participación en actividades físicas exigentes también aumenta la activación fisiológica, como la elevación de la frecuencia cardíaca y la respiración. Cuando estos efectos psicológicos y físicos se combinan, las parejas experimentan un estado muy similar a la primera oleada de amor apasionado.
Así que el día de San Valentín, en vez de comer en el restaurante de siempre, probad algo nuevo con vuestra pareja, una clase de pintura, paddle surf en la playa, o simplemente comparte con tu pareja algo que nunca le hayas dicho antes. La integración de nuevas experiencias en vuestra relación puede hacer que seáis unos de los pocos afortunados que permanecen locamente enamorados después de estar décadas juntos.
El artículo ‘¿Se puede reavivar la chispa en una relación a largo plazo? La ciencia lo revela‘ ha sido traducido por Ciencia Today, la autora original es Sarah Gomillion, investigadora postdoctoral en psicología social, Universidad de Aberdeen. Este artículo ha sido publicado originalmente en “The Conversation“. Aquí puedes leer el artículo original en inglés.