La diabetes tipo 1 es una enfermedad autoinmune ya que las células pancreáticas, que son las encargadas de sintetizar insulina, son destruidas por el sistema inmune. La insulina es la hormona que libera nuestro cuerpo para controlar los niveles de glucosa (o mal llamado, azúcar) en sangre. Esta condición obliga a los diabéticos a controlar continuamente sus niveles de glucosa y a inyectarse diariamente insulina para controlar dichos niveles.
Hasta ahora, se ha intentado facilitar la vida de estos pacientes mediante trasplantes de células pancreáticas sanas que puedan controlar por si mismas los niveles de glucosa y la liberación de insulina. El problema es que el sistema inmune las destruye igualmente, por lo que es necesario que estos pacientes tomen fármacos inmunosupresores de por vida.
Células pancreáticas encapsuladas para evitar ser reconocidas por el sistema inmune
Gracias a una nueva investigación, científicos del Hospital Infantil de Boston junto al Instituto de Tecnología de Massachusetts han conseguido un nuevo método de trasplante de células pancreáticas. Han diseñado un nuevo material que es capaz de encapsular las células pancreáticas de tal forma que consigue enmascararlas de alguna forma para que no generen una respuesta inmune.
El nuevo material es un derivado del alginato, un material que se aisla de las algas pardas. Los geles de alginato pueden encapsular células en su interior sin producirles ningún daño, además, permiten el flujo de otras moléculas por lo que estar en el interior del gel no priva a la célula de detectar y responder ante señales biológicas. Los investigadores han sintetizado una batería de 800 compuestos y finalmente sólo uno ha resultado ser el mejor candidato.
Los implantes son de 1,5 mm y pueden colocarse en la cavidad abdominal, en el espacio intraperitoneal y las células pueden sobrevivir 6 meses, detectando los niveles de glucosa y secretando insulina de forma controlada. A los seis meses se comienza a acumular tejido cicatricial en el implante por lo que las funciones de las células se ven alteradas.
Una gran esperanza para los pacientes con diabetes tipo 1
Los investigadores están estudiando por qué el nuevo material funciona tan bien, de momento sugieren que la presencia de un grupo triazol en la molécula, que es un anillo que contiene dos átomos de carbono y tres átomos de nitrógeno, podría interferir en la capacidad del sistema inmune para reconocer al material como extraño.
De momento sólo se ha probado en ratones, pero los investigadores han conseguido controlar la diabetes con este innovador sistema durante seis meses. Aunque se requieren más estudios, esta técnica podría suponer un antes y un después en la vida de las personas que sufren de diabetes tipo 1.