La testosterona disminuye la capacidad de sentir empatía
Probablemente no lo sabías, pero detrás de la mayoría de peleas que se producen en una discoteca, en un estadio, o simplemente en la calle, se esconde la testosterona, la hormona sexual masculina más importante. De acuerdo con un nuevo estudio publicado en la revista «Psychoneuroendocrinology», la testosterona interfiere en la conectividad entre neuronas de ciertas regiones del cerebro responsables de sentir empatía hacia los demás y por lo tanto eso influye en la toma de decisiones.
Para medir la empatía que una persona siente hacia otra se realiza una prueba de lectura de mente a través de los ojos (RMET, por sus siglas en inglés), que consiste en determinar que emociones sienten los demás simplemente mirando fotos de sus ojos.
En estudios previos, los investigadores observaron que las mujeres, por lo general, eran más empáticas que los hombres, y pensando que la testosterona podría ser la responsable de dicho comportamiento, se decidieron por este nuevo estudio para el que seleccionaron 16 mujeres voluntarias. Mediante imágenes de resonancia magnética comprobaron cómo una región del cerebro se activaba siempre que era necesario asociar una emoción con una imagen, algo que sugiere que esta región tendría mucho que ver con la empatía.
La testosterona disminuye la conectividad entre diferentes regiones del cerebro relacionadas con la empatía
A la mitad de los participantes se les administró una dosis elevada de testosterona con el fin de elevar temporalmente sus niveles en sangre de la hormona, la otra mitad recibieron la sustancia placebo. Cuando se repitió la prueba de RMET, los investigadores observaron que aquellos que habían recibido la dosis de testosterona, tuvieron una mayor dificultad para identificar las emociones que se expresaban en las fotos en comparación con las mujeres que recibieron el placebo, lo que significa, efectivamente, que la testosterona perjudica la capacidad empática de las personas.
Tras la administración de la testosterona, las voluntarias también fueron sometidas a otra resonancia magnética, en este caso se vio como disminuía la conectividad entre diferentes áreas del cerebro, tales como la que se encarga de incorporar los estados emocionales y afectivos en procesos de cognición más globales y también la zona que mencionábamos anteriormente, la que relaciona imágenes con emociones, se activaba en menor medida.
En base a sus resultados, los autores concluyen que la testosterona interfiere en la red neuronal y que por eso afecta a la capacidad para integrar los sentimientos de los demás y en el propio conocimiento de uno para tomar decisiones y realizar acciones.
Los investigadores proponen que el desarrollo de nuevas formas de regular los efectos de la testosterona podrían suponer nuevos tratamientos eficaces para ciertos síntomas relacionados con el autismo, reequilibrando la red neuronal, que es fundamental para la integración de la información sensorial y la preparación de la acción.