Vincent, así es como se llama el gato que protagoniza la historia que os presentaremos a continuación, un gato que nació con una anomalía en sus extremidades traseras, lo que le impedía hacer un uso normal de sus patas traseras y por consecuencia le impedía caminar. Fue entonces cuando se quedó en manos del Refugio de Animales del Condado de Iowa y desde allí se hizo lo imposible para, por fin, ver caminar a este pobre gato con total normalidad. ¿Lo consiguieron?
Vincent tiene actualmente 3 años de edad, sin embargo, nació con sólo la mitad de los huesos de la tibia de sus patas traseras. Además, su rodilla está en hiperextensión, lo que significa que no puede doblar la pierna con normalidad. Sin embargo, mediante un procedimiento experimental, algunos veterinarios expertos y junto al Refugio de Animales del condado de Iowa le implantaron dos prótesis de titanio que atraviesan su piel y van directamente a los huesos del fémur.
Las Prótesis de Titanio en animales todavía es una técnica experimental
Mary Sarah Bergh, veterinaria del Centro Médico de la Universidad Estatal de Iowa, fue la encargada de llevar a cabo la operación y contó con la ayuda de BioMedtrix, una empresa de ortopedia veterinaria que desarrolló las prótesis de titanio. La operación fue un éxito total y a pesar de que los implantes de titanio directamente en el hueso es todavía un procedimiento extraño (se estima que hay menos de 25 animales en todo el mundo que llevan un implante de estas características), parece ser que los resultados que proporciona son sencillamente espectaculares.
«Esto nos permitirá abrir la puerta a otros animales con problemas similares«, asegura la doctora Bergh. Aunque en las imágenes que podréis ver a continuación observaréis que las prótesis del gato Vincent son de un tamaño pequeño, como bien dice Bergh «Vincent saltará y hará todo lo que hacen los gatos muy pronto«.
A medida que Vincent se vaya adaptando a las nuevas prótesis, irá recibiendo nuevas prótesis de diferente tamaño con el fin de que pueda tener unas patas más largas y pueda conseguir una mayor calidad de vida en los próximos meses.
Esperemos que esta técnica pueda servir para muchos veterinarios a animarse y ofrecer este tipo de soluciones médicas a todos aquellos animales que por diversos motivos hayan perdido sus extremidades inferiores. Como es el caso de Vincent, el gato que nació sin poder caminar y que ahora gracias a los avances médicos y a las prótesis de titanio puede contar con una calidad de vida similar a la de cualquier gato.