Sí, has leído bien, estamos hablando de orina que se convierte en energía o al menos eso es lo que proponen investigadores de la Universidad de Bath, quienes han desarrollado un dispositivo que genera electricidad a partir de la orina, y además lo hace de forma muy asequible y sostenible.
El dispositivo tiene un coste muy barato, que oscilaría entre 1 y 2 €, y llega en un buen momento, pues se presenta como una buena solución para la actual dependencia hacia los combustibles fósiles y las emisiones de gases de efecto invernadero asociadas.
El nuevo generador consiste en una célula de combustible microbiana, que lo que hace es utilizar procesos biológicos naturales para convertir materia orgánica, como la orina, en electricidad. Son muy eficientes y baratas de mantener, además prácticamente no producen residuos, y menos si lo comparamos con los métodos actuales para generar electricidad.
Pee-Power, el dispositivo que convierte orina en electricidad, sería la nueva forma de acercar la electricidad a las zonas de pobreza energética
El tamaño ronda la pulgada cuadrada, por lo que estamos hablando de algo relativamente pequeño, aunque se prevé que el dispositivo definitivo será un poco más grande, para conseguir aumentar la potencia de salida. Actualmente, con sólo una célula se puede generar suficiente electricidad como para alimentar un teléfono móvil.
Aunque existen tecnologías que permiten obtener una potencia mayor, aún no existe ninguna que sea tan barata de producir y que se produzca a partir de residuos, ya que la orina en este caso sería el combustible, un combustible que nunca se agotará y que no produce gases nocivos.
Inventan un Retrete que Produce Energía de los Residuos Humanos
Según comenta el Dr. Mirella di Lorenzo, profesor de Ingeniería Química de la Universidad de Bath, a EurekAlert!: «Si pudiéramos aprovechar el potencial de los residuos que genera el ser humano, podríamos revolucionar la forma en la que generamos electricidad. Estas células de combustible microbianas pueden desempeñar un papel importante en el desarrollo de una tecnología que permita conseguir una energía segura, asequible y sensible con el medio ambiente«.
El autor principal del estudio, el estudiante de doctorado, Jon Chouler, añade: «Las células de combustible microbianas podrían ser una gran fuente de energía, sobretodo en países en desarrollo, en zonas pobres y rurales. Espero que esto permita, a aquellos que lo necesitan, disfrutar de una mejor calidad de vida como consecuencia de nuestra investigación».
Se espera que el revolucionario dispositivo que genera electricidad a partir de la orina tenga un gran impacto en la vida de las personas que viven en zonas de pobreza energética.