Autor original: Keith Redway, Universidad de Westminster. Siempre se nos dice lo importante que es lavarse las manos para evitar la propagación de infecciones. Sin embargo, muchas personas no se dan cuenta de que la forma en que secamos nuestras manos después de lavarlas también podría tener un gran efecto sobre nuestra salud.
Propagación de enfermedades
En un baño público, por lo general tenemos la opción de escoger entre una toalla de papel o un secador de manos eléctrico, que puede ser un secador de aire caliente o un secador de aire a chorro. Suena bastante inocente, pero de acuerdo con algunos estudios, todos los métodos anteriores pueden infectarte a ti y a otras personas con bacterias, virus y hongos a través del aire. Los virus como los que causan la gripe, un resfriado, un herpes, la hepatitis, vómitos y diarrea pueden contaminar tus manos y permanecer allí durante minutos, horas e incluso días.
Entonces, ¿qué método debemos elegir? Las diferencias son muy significativas. A pesar de que se comercializan a menudo como la forma más higiénica para secarse las manos, los secadores de aire a chorro en realidad producen 60 veces más contaminación que los secadores de aire caliente. Las toallas de papel, aunque pueden diseminar algunos virus, transmiten exactamente 1.300 veces menos virus que los secadores de chorros.
La investigación de los virus
Entonces, ¿cómo lo hacemos para avanzar en nuestra investigación sobre cuál de los métodos es mejor y en qué medida propagan virus de manera diferente? Como no sería prudente experimentar con un patógeno peligroso, se utilizó un virus inofensivo para los humanos llamado MS2. Este virus solo infecta a bacterias pero tiene propiedades similares a los virus que infectan a los seres humanos, por lo que es muy útil para este tipo de pruebas.
Se utilizó un tablero con las siluetas generales de tres figuras humanas, sobre las que se pegaron placas de agar (unas placas especiales que contienen una gelatina nutritiva en la que crecen los virus). Esto les permitió ver cómo el virus se extendía desde las manos de las personas que se las secaban y dónde terminaron. Cualquier partícula vírica que tocó el tablero se reveló posteriormente en las placas de agar, por lo que fue fácil ver dónde se había extendido el virus.
Fuente: Keith Redway
Según la distancia a la que se encuentran los diversos secadores de manos pueden transmitir el virus de forma horizontal lo que volvió a mostrar que los secadores de aire no son todo lo seguros que dicen que son. El aire sale a menudo a mas de 300 m/h en estos dispositivos, por lo que las ráfagas de aire pueden mover los virus hasta 3 metros a través del cuarto de baño y pueden dispersar un promedio de 190 veces más virus que las toallas de papel.
Los secadores de aire a chorro no sólo propagan los virus, sino que también permiten que estén suspendidos en el aire mucho más tiempo. Las muestras de aire recogidas en torno a cada dispositivo hasta 15 minutos después de su uso mostró que, en promedio, hay como 50 veces más partículas de virus en el aire alrededor de un secador de aire de chorro que un secador de aire caliente, y más de 100 veces más alrededor de las toallas de papel.
El veredicto
Las diferencias en la forma en la que funcionan estos métodos pueden ayudar a explicar esta enorme discrepancia entre los resultados: el secador de chorro de aire elimina el agua por la fuerza de dispersión del aire hacia arriba y hacia los lados, mientras que las toallas de papel producen muy poco movimiento del aire. Y aunque el secador de aire caliente también secan por el flujo del aire, la mayoría del movimiento se dirige hacia abajo, lo que significa que los gérmenes se dirigen hacia el suelo.
La importancia de estas diferencias numéricas significa que en lugares donde la higiene es muy importante para prevenir la propagación de enfermedades, como en hospitales, consultas de medicina general y restaurantes, la elección del modo de secar las manos se debe considerar con mas cuidado, y las toallas de papel se llevan la palma.
El artículo ‘¿Cuál es la forma más higiénica de secarse las manos?‘ ha sido traducido por Ciencia Today, el autor original es Keith Redway, Universidad de Westminster. Este artículo ha sido publicado originalmente en “The Conversation“. Aquí puedes leer el artículo original en inglés.
