La nueva investigación de la Escuela de Salud Pública Johns Hopkins Bloomberg demuestra que en la sangre de los niños de hasta 5 años puede detectarse si su madre fumó o no durante el embarazo. El estudio proporciona pruebas sólidas de que las exposiciones ambientales que sufre el feto desde el útero materno permanecen en el cuerpo de los niños y pueden llegar a causar problemas de salud años después de su nacimiento.
Los resultados han sido publicados en la revista «Environmental Research» y los investigadores están seguros de que con más investigaciones podrían detectarse otras exposiciones potencialmente tóxicas que son menos evidentes. La esperanza de estas indagaciones son encontrar una posible relación entre estas exposiciones y enfermedades como el autismo, la obesidad y diferentes atopias. De esta forma se comprenderían mejor y sería más fácil desarrollar alguna forma de prevenirlas.
Los marcadores epigenéticos de exposición prenatal al tabaquismo se mantienen al menos hasta los 5 años
«Siempre hemos sabido que nuestro cuerpo acumula exposiciones pasadas, pero no sabíamos que algo tan fácil como extraer una muestra de sangre nos podría proporcionar pruebas sobre las exposiciones de un individuo, incluso de antes de nacer«, dice la autora principal del estudio M. Daniele de Fallin.
Las pruebas que demuestran que una mujer ha fumado durante el embarazo se encuentran realizando un análisis epigenético de la sangre del niño, que consiste en estudiar todas aquellas moléculas que se relacionan estrechamente con el ADN pero que no son parte de la secuencia, sino que actúan regulando qué genes se expresan y cuáles no. Anteriormente ya os hemos hablado sobre la epigenética y si esta información podría heredarse de padres a hijos.
Otros investigadores ya han determinado qué patrón epigenético de la sangre del cordón umbilical se relaciona con el hecho de que la madre haya fumado durante el embarazo. Lo que sugiere el grupo en este caso es que normalmente es fácil saber si una madre ha fumado o no durante el embarazo, por lo general basta con preguntárselo, pero ellos quieren ir un paso más allá.
Lo que proponen es que la exposición a otros tóxicos no es tan evidente ni consciente, por lo que muy probablemente muchas embarazadas se han expuesto y no lo saben. Si se pudieran encontrar patrones de exposición a otros tóxicos ambientales como plásticos, aguas contaminadas, etc.
Los investigadores no tienen claro si estos biomarcadores epigenéticos podrían ser la causa directa de las enfermedades crónicas que aparecen de forma tardía en la vida, lo que está claro es que están allí. Fallin tiene la esperanza de demostrar que las exposiciones en el útero están relacionados con el desarrollo del autismo.
