En el espacio no existe «arriba» o «abajo», y eso afecta a la manera de moverse y pensar. Una investigación de la Estación Espacial Internacional busca lograr entender cómo cambia el cerebro en el espacio y cómo lidiar esos cambios.
Informes de investigaciones previas sugieren que los seres humanos tienen más dificultades para controlar el movimiento físico y la realización de ejercicios mentales en la microgravedad. Los astronautas experimentan problemas con el equilibrio o la percepción de ilusiones.
Los astronautas tienen dificultades para coordinar sus movimientos en el espacio
Según informa ScienceDaily, un nuevo estudio está examinando los efectos del vuelo espacial sobre el rendimiento neurocognitivo (NeuroMapping) para determinar los cambios en la estructura y las funciones del cerebro, y poder predecir el tiempo que tarda en recuperarse después de regresar del espacio.
Los investigadores están utilizando las evaluaciones del comportamiento y de la imagen cerebral. Los astronautas completan cursos programados de obstáculos y pruebas de memoria espacial, también realizan pruebas para valorar la capacidad de imagen mental antes y después de los vuelos espaciales. Los astronautas se ponen a prueba poco después de llegar a bordo de la estación, a mitad de camino y cerca del final del vuelo.
Además, a todos los astronautas se les realiza una resonancia magnética (RM) estructural y funcional del cerebro antes y después del vuelo. «Estamos analizando el volumen de diferentes estructuras del cerebro y si estas cambian de tamaño o de forma durante el vuelo espacial», dijo el investigador principal Rachael D. Seidler, director del Laboratorio de Comportamiento Neuromotor de la Universidad de Michigan.
«En la Tierra, el sistema vestibular se encarga del equilibrio, nos indica cómo se mueva nuestra cabeza en relación a la gravedad, pero en el espacio, la referencia de la gravedad se ha ido. Eso crea cierta dificultad para coordinar los movimientos de los ojos y de la cabeza», dijo Seidler. Estas dificultades podrían tener grandes consecuencias para los astronautas, sobre todo cuando se cambian entre los ambientes gravitacionales. Además, los astronautas deben ser capaces de realizar tareas tales como conducir un vehículo, usar determinadas herramientas o escapar durante un aterrizaje de emergencia.
El cerebro de un astronauta debe adaptarse al nuevo entorno
La identificación de los mecanismos físicos que se esconden detrás de estos cambios en el comportamiento y la cantidad de tiempo que se necesita para adaptarse ayudará a los investigadores a determinar la mejor manera de ayudar a los exploradores del espacio. Los cambios cerebrales o adaptaciones también ocurren aquí en la Tierra también. Cuando las personas envejecen, por ejemplo, utilizan más redes cerebrales que una persona más joven para realizar la misma tarea.
Aprender más acerca de los cambios que se producen en el cerebro humano en el espacio ayudará a los científicos a comprender mejor las formas en las que puede recuperarse y adaptarse tanto en el espacio como en la tierra.
