Aquellos bebés que se desarrollan en un ambiente de bilingüismo durante su primer año de vida tienen una ventaja cognitiva sobre sus compañeros monolingües, adquieren una mejor habilidad para resolver problemas. Aunque los bebés tengan pocos problemas a los que enfrentarse, este impulso en su progreso mental puede suponer ciertas diferencias en la vida adulta.
Otras investigaciones anteriores han demostrado que las personas que hablan varios idiomas tienden a tener una mejor conectividad entre áreas del cerebro involucradas en una función ejecutiva, como la planificación, el razonamiento y la resolución de problemas. Sin embargo, un grupo de investigadores de la Universidad de Washington querían saber si ese efecto secundario neurológico del bilingüismo se podría detectar en bebés que todavía no han empezado a hablar.
Lo que hicieron fue reclutar a un grupo de 16 bebés de 11 meses de edad, 8 de ellos pertenecían a familias bilingües, hablaban español e inglés, mientras que la otra mitad de las familias sólo hablaban inglés. Los investigadores utilizaron un equipo de magnetoencefalograma (MEG) para medir la actividad cerebral de los bebés mientras escuchaban una corriente de sonidos que iba cambiando, a ratos se hablaba en inglés, a ratos en español y a ratos simplemente se emitían diferentes sonidos.
Los bebés bilingües tienen una mayor capacidad para resolver problemas
Los resultados mostraron que aquellos bebés de familias bilingües mostraban una fuera respuesta del cerebro tanto a los sonidos en español como en inglés, indicando que eran capaces de reconocer ambos lenguajes como ‘sonidos fonéticos’ en lugar de ruidos generales o ‘sonidos acústicos’. Los bebés de familias no bilingües sólo respondieron ante los sonidos en inglés, lo que sugiere que los sonidos españoles no fueron procesados fonéticamente y detectaron el español como un sonido acústico.
Estos resultados indican que antes de que los bebés comiencen a hablar, ya son capaces de reconocer los sonidos lingüísticos. Sin embargo, un hallazgo mucho más importante fue que se descubrió que las respuestas neurológicas de los bebés bilingües ocurrieron en ciertas regiones del cerebro que se relacionan con la función ejecutiva, como la corteza prefrontal y la corteza orbitofrontal. En contraste, las respuestas del cerebro de los bebés monolingües no se extienden hacia esas regiones.
Los investigadores concluyen que la necesidad de distinguir entre dos idiomas es un desafío cognitivo para los bebés bilingües, y por ello se ven obligados a activar esas áreas del cerebro, fortaleciendo así sus capacidades en la función ejecutiva.
En otras palabras, los bebés que están expuestos a múltiples idiomas son propensos a conseguir una ventaja en el fortalecimiento de ciertas conexiones en el cerebro, como aquellas que son necesarias para el pensamiento flexible y la resolución de problemas.