Los gatos domésticos han conquistado todos los continentes, excepto uno, la Antártida. Pese a que ya sabíamos que los gatos convivían con el ser humano desde el Antiguo Egipto, han sido unos animales que se han domesticado tarde, si los comparamos con los perros. Un nuevo estudio ha revelado ciertos detalles sobre el origen del gato doméstico.
Ya conocíamos que el gato doméstico es descendiente del gato salvaje africano (Felis silvestris lybica), una subespecie salvaje que vive en el norte de África y en Oriente Próximo. Pero el nuevo estudio, publicado en la revista científica «Nature» y liderado por investigadores de la Universidad de Lovaina (en Bélgica), habla de dos linajes felinos principales que podrían ser considerados el origen del gato doméstico moderno.
En la investigación, se han centrado en analizar restos fósiles hallados en Europa, África y Asia. Tras analizar el ADN de más de 200 gatos, con una antigüedad de hasta los 9.000 años, han descubierto que las poblaciones de gato comenzaron a extenderse en el Neolítico y que dicha expansión fue posible gracias a los pueblos de Egipto y Oriente Próximo.
La domesticación del gato se produjo gracias a su instinto cazador
El primer linaje felino apareció en el suroeste de Asia y se fue extendiendo por Europa hace unos 6.400 años. Según los científicos, la domesticación tuvo lugar en Oriente Medio y fue debido a la relación beneficiosa entre los agricultores y los gatos. Los felinos tenían presas y los agricultores se libraban de los roedores que acechaban sus cultivos.
El segundo linaje se corresponde con la mayoría de las momias egipcias de gato que han sido analizadas. Esta vez, los gatos se distribuyeron por todo el Mediterráneo durante el primer milenio antes de Cristo debido a que se los introdujo como cazadores de ratones en muchas de las embarcaciones comerciales de la época.
Los investigadores no tienen claro si todos los gatos descienden realmente del primer linaje de Oriente Próximo o si se dio un proceso de domesticación independiente y paralelo en el Antiguo Egipto, del cual salió el segundo linaje.
Otros de los datos que se han podido comprobar sobre el origen de los gatos son los patrones de su pelaje. Los investigadores han descubierto que el pelaje de los gatos antiguos era rayado, y que no fue hasta en la Edad Media, cuando comenzaron a salir otros patrones con manchas. Lo cual sugiere que la domesticación del gato tenía como objetivo beneficiarse de su comportamiento cazador y no tanto por un factor estético como se había sugerido.