Investigadores de la NOAA (Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de EE.UU.) han encontrado una esponja de mar gigantesca cerca de Hawai que podría tener miles de años de antigüedad y por lo tanto sería el animal más viejo del mundo. La esponja pertenece a la familia Rossellidae y la han encontrado a unos 2.100 metros de profundidad.
Las esponjas marinas forman comunidades que superan, en términos de abundancia y diversidad, a los corales formadores de arrecifes. Se cree que fueron los primeros animales que evolucionaron e incluso algunos creen que podrían ser los antepasados de todas las criaturas complejas que habitan la Tierra.
Las dimensiones de la esponja son de 3,5 metros de largo, 2 metros de altura y 1,5 metros de ancho por lo que además de ser la criatura más vieja del planeta también es la esponja más grande del mundo. Ya se conocían especies ‘gigantes’ de esponjas, de hecho, la especie Monorhaphis chuni puede llegar a medir 3 metros de longitud gracias a que forma unas espículas basales gigantes.
Las esponjas marinas pueden llegar a vivir miles de años
En el año 1887 se encontró en la costa oeste de Canadá la que se creía hasta hace poco la esponja más grande del mundo, Aphrocallistes, sus dimensiones: 3,4 metros de largo, 1,1 metros de alto y 0,5 de alto, pero claramente este nuevo hallazgo le ha robado el trono.
Durante una expedición por las islas del noroeste de Hawai, a bordo del buque explorador ‘Okeanos’ los investigadores se toparon con la esponja más grande hasta ahora conocida que han bautizado como ‘esponja manta doblada’, ya que ese es el aspecto que tenía cuando la encontraron, concretamente en el Monumento Nacional Marino Papahānaumokuākea.
Papahānaumokuākea es la mayor área de conservación marina del mundo y alberga más de 7.000 especies marinas. Si bien no han podido determinar con certeza la antigüedad de la esponja, debido a que no presentan marcas que puedan ayudar a confirmar los años, sí que saben que hay otras especies que han llegado a los 2.300 años y en aguas mucho más superficiales.
Este hallazgo de una esponja tan grande y posiblemente muy antigua albergada dentro del Monumento Marino Nacional Papahānaumokuākea pone de manifiesto la necesidad de proteger estas áreas utilizando todas las medidas de conservación disponibles a nuestro alcance.