Yo siempre digo que no se puede ir a hacer la compra con el estómago vacío, pues el resultado siempre puede ser extremadamente caro y goloso, pero según sugiere un nuevo estudio, la compra no es la única cosa que no debe hacerse con el estómago vacío. Ya que cuando tenemos hambre nuestra impulsividad se encuentra alterada y somos más propensos a tomar decisiones precipitadas.
El estudio se ha publicado en la revista científica «Neuropsychopharmacology» y según los resultados, cuando tenemos hambre, nuestro cuerpo libera una hormona en concreto, que recibe el nombre de grelina y que interfiere en la forma en la que nuestro cerebro controla nuestra impulsividad.
La grelina es una hormona cuyos niveles aumentan en sangre cuando tenemos el estómago vacío y diríamos que es la responsable de que no muramos de hambre. Pero además de eso, se ha visto que la grelina participa en la regulación del centro de recompensa del cerebro, y que nos impulsa a buscar estímulos placenteros como el sexo o las drogas.
Cuando tenemos hambre tomamos decisiones precipitadas
Una región del cerebro denominada área tegmental ventral (ATV) forma parte del centro de recompensa y se ha demostrado en ocasiones anteriores que juega un papel crucial en la modulación de la impulsividad, por lo que los autores pensaron que quizás la grelina podía comprometer la actividad del ATV.
Para comprobarlo realizaron una serie de pruebas con ratones y vieron que cuando les inyectaban grelina sus acciones eran muy precipitadas y que su impulsividad y su toma de decisiones estaban alteradas. Para confirmar el papel de la grelina, los investigadores usaron ratas hambrientas, en vez de ratas que habían recibido inyecciones de la hormona y una vez más los resultados se repitieron.
Las ratas inyectadas con grelina o aquellas que estaban hambrientas eran menos competentes en la realización de las tareas. Sin embargo, cuando los investigadores inyectaron inhibidores de grelina en las ratas éstas recuperaban sus niveles de rendimiento iniciales.
A parte de confirmar nuestra compulsividad cuando tenemos hambre, los autores del estudio creen que los receptores de grelina del cerebro pueden ser un posible objetivo para los futuros tratamientos de los trastornos psiquiátricos relaciones con problemas de impulsividad e incluso los trastornos alimentarios.