Probablemente hayas oído en alguna ocasión lo perjudicial que puede llegar a ser la comida basura para nuestro organismo, de hecho lo más seguro es que hayas leído alguno de los numerosos estudios realizados sobre la comida rápida, sus ingredientes, los productos químicos y aditivos que contiene, así como los efectos secundarios que pueden surgir si mantenemos este tipo de alimentación de manera prolongada.
Sin embargo, cuando el hambre aprieta y el estómago empieza a «rugir» como si de un tigre se tratara, un Big Mac parece ser demasiado tentador como para resistirse, sabes de lo que hablo ¿verdad? Cuando hincamos el diente en una hamburguesa del McDonalds, todos los estudios previos quedan en el olvido y tan sólo podemos concentrarnos en disfrutar de la maravillosa y jugosa Big Mac.
Pero tal vez, deberías de obtener una visión diferente sobre esta apetecible hamburguesa y precisamente es por eso que los chicos de FastFoodMenuPrice han elaborado un completo estudio sobre los ingredientes del Big Mac y los efectos que tienen éstos en nuestro organismo después de ingerirlos. ¿Estás preparado para conocer la realidad del Big Mac? Te detallaremos lo que va ocurriendo en tu organismo minutos después de ingerir el producto:
Los primeros 10 minutos…
Nuestro cerebro prefiere alimentos con alto contenido calórico: el cerebro de los seres humanos ha ido evolucionado mientras la comida era más que escasa, por lo que con el paso del tiempo se ha ido convirtiendo en un auténtico experto en la elección de alimentos ricos en calorías. Por ello, nos resulta tan complicado rechazar un dulce… o un Big Mac en este caso.
Un Big Mac «normal» (con queso y salsa) contiene aproximadamente unas 540 calorías y esa espectacular cantidad de energía eleva el nivel de azúcar en sangre a niveles muy por encima de lo recomendado. Esa enorme cantidad de calorías ingeridas en unos pocos bocados provoca que el cerebro libere una oleada de sustancias químicas que nos hacen sentir realmente bien, como es el caso de la dopamina (un neurotransmisor que provoca sensación de placer). Este proceso actúa de forma similar al de las drogas, como es el caso de la cocaína, y aumenta la necesidad de comer de manera compulsiva.
Después de 20 minutos…
Los azúcares adictivos: ¿Sabías que el pan del Big Mac contiene altos niveles de jarabe de maíz (un potente edulcorante líquido creado a partir de almidón o fécula de maíz) con alta densidad de fructosa, y sodio? Estos ingredientes también son altamente perjudiciales para nuestro organismo y pueden causar obesidad, diabetes y enfermedades de corazón.
Pasados 30 minutos…
El sodio ataca nuestro cuerpo: Un Big Mac contiene hasta 970 miligramos de sodio. Esta enorme cantidad de sal puede provocar deshidratación y sus síntomas se presentan en forma de hambre, por lo que no es de extrañar que cuando acabamos de comer comida basura, como es el McDonalds en este caso, nuestro organismo engañe a nuestro cerebro para volver a comer otra ración.
Ingerir demasiado sodio hace que los riñones presenten serios problemas para diluir tal exceso de sal y es por eso que el organismo trata de extraer agua de los tejidos circundantes para rebatir dicha situación. Esta acumulación de líquidos en el organismo provoca que el corazón tenga que bombear mucha más sangre en un menor espacio temporal, lo que provoca un aumento de la presión arterial y en algunos casos puede favorecer la aparición de enfermedades del corazón así como derrames cerebrales.
A los 40 minutos…
Queremos más, necesitamos más: ¿Alguna vez seguís teniendo hambre después de comeros un Big Mac? Eso se debe a la pérdida del control de azúcar en sangre en nuestro organismo y sentimos la necesidad de seguir comiendo de forma compulsiva.
De hecho, la primera vez que comemos una comida alta en calorías, la respuesta de nuestro organismo es producir niveles elevados de insulina lo que puede provocar una reducción drástica de los niveles de glucosa en sangre por lo que el cuerpo tiene la «falsa» sensación de necesitar comer más. El jarabe de maíz del pan del Big Mac se absorbe rápidamente por el tracto gastrointestinal, provocando picos de insulina descontrolados y un incremento en la sensación de hambre.
Después de 60 minutos…
Una digestión lenta y desagradable: Normalmente, el cuerpo requiere de entre 24 y 72 horas para digerir los alimentos que ingerimos a lo largo del día. Sin embargo, las hamburguesas del McDonalds necesitan mucho más tiempo para ser digeridas por nuestro organismo, ya que son mucho más grasientas que el resto. Se calcula que el Big Mac puede necesitar tres días o más para digerirse por completo en nuestro cuerpo.
Además, un Big Mac «normal» contiene 1,5 gramos de grasas trans y teniendo en cuenta que se necesitan aproximadamente unos 51 días para digerir las grasas trans que introducimos en nuestro organismo, podríamos estar en riesgo de padecer enfermedades del corazón, obesidad, cáncer o diabetes si el consumo de este tipo de grasas se convierte en algo común en nuestro hábito alimenticio.
Así pues, muchos son los datos que hemos dado a conocer en las líneas que arriba nos acompañan y vuestras deberían ser las conclusiones. A nadie le amarga un dulce, por lo que no queremos transmitir un mensaje erróneo a todos nuestros lectores. Simplemente queremos que tomen conciencia de lo que verdaderamente implica consumir «comida basura», como puede ser el BigMac del McDonalds o cualquier otro tipo de hamburguesa de esta cadena u otras similares. Por lo que recomendamos que de querer consumirlo, lo hagan con moderación y de manera ocasional.