Un mismo tratamiento con antibióticos influye de forma diferente en los microbios de la boca y los del intestino. Mientras que las bacterias de la boca se recuperan con rapidez, un solo tratamiento con antibióticos puede alterar el microbioma intestinal durante meses, a veces incluso durante un año, según los resultados publicados en «mBio» esta semana.
A causa de las «superbacterias» que son resistentes a los tratamientos farmacológicos se están llevando a cabo muchas investigaciones sobre los efectos de los posibles daños colaterales causados por el tratamiento con antibióticos. Ya os comentábamos algo similar cuando os contamos los 5 mitos sobre ciencia.
Es posible que las bacterias orales tengan un sistema intrínseco de resistencia al estrés
Los estudios se están centrando en las comunidades microbianas que viven en el intestino. En dos ensayos clínicos diferentes y controlados con placebo, un equipo dirigido por la Universad de Amsterdam analizó el microbioma intestinal y oral de 66 adultos sanos de Reino Unido y de Suecia. Cada participante recibió un placebo o uno de los cuatros antibióticos orales comunes: clindamicina, ciprofloxacina, amoxicilina y minociclina.
Cuando se analizaron las muestras fecales y de saliva se observó que el microbioma de la saliva es mucho más robusto, consigue restaurar su población inicial en aproximadamente una semana. Es posible que los ecosistemas microbianos orales tengan un sistema intrínseco de resistencia al estrés. Después de todo, nuestras bocas se someten diariamente a estímulos estresantes, sobre todo durante el cepillado de dientes y por los cambios constantes de temperatura y oxígeno.
Ese no es el caso del colon, mientras que la composición del microbioma salival se mantuvo inesperadamente estable, el microbioma fecal fue severamente afectado después de tratamientos a largo plazo. En concreto, las especies bacterianas que producen un ácido graso de cadena corta llamado butirato fueron las más afectadas por los tratamientos con antibiótico. El butirato es esencial para las células que recubren nuestro intestino.
Además, la exposición a los antibióticos enriqueció la presencia de genes previamente implicados en la generación de resistencias a antibióticos. Eliminar los microbios que son beneficiosos para nuestro intestino deja el camino libre para que lo colonizen otros patógenos que pueden causar estragos.
Conocer mejor estos mecanismos podría ayudarnos a combatir otro tipo de desequilibrios microbianos
Pero tenemos que ver las dos caras de la moneda: ya que la comprensión de los mecanismos implicados en la facilidad del microbioma oral para recuperarse podría ayudarnos a combatir los desequilibrios microbianos que se producen en otras partes del cuerpo.